El FMI emite una «declaración de censura» contra Argentina

Efe

ECONOMÍA

El organismo emite su primera «declaración de censura» contra un país en sus 69 años de historia. La medida podría privar de ayuda al Gobierno de Buenos Aires si no corrige sus datos de inflación y PIB

02 feb 2013 . Actualizado a las 12:18 h.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha cumplido su advertencia y emitió una declaración de censura a Argentina por sus «insuficientes progresos» en la mejora de la calidad de sus estadísticas macroeconómicas, lo que abre la puerta a sanciones concretas como impedirle su acceso a las ayudas del organismo.

Es un paso más en la presión por parte del organismo dirigido por Christine Lagarde sobre Argentina, para que mejore la fiabilidad de sus datos de inflación y PIB, y es la primera ocasión en la que el Fondo toma esta medida desde su creación en 1944 con uno de sus 188 países miembros.

No obstante, otorga un nuevo plazo para que Buenos Aires arregle su sistema de medición de datos estadísticos, antes del siguiente paso, «la declaración de descalificación», que le impediría acceder a recursos del FMI y suspendería sus derechos de voto dentro del organismo.

«El Directorio Ejecutivo insta a Argentina a adoptar las medidas para remediar la falta de precisión de sus datos estadísticos sin más retraso antes del 29 de septiembre», indicó el FMI en su nota de prensa.

Según las cifras oficiales, la inflación en Argentina en el 2012 cerró en un 10,8 %, mientras que las consultoras privadas sitúan la subida de precios en un 25,6 %

La confrontación entre Argentina y el FMI por los datos estadísticos comenzó en el 2007 cuando el ya fallecido presidente Nestor Kirchner, marido y predecesor de la actual presidenta Cristina Fernández, decidió sustituir a funcionarios del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y se comenzó a aplicar una nueva metodología de medición.

Desde el 2008, el Fondo ha venido advirtiendo en su informe bianual de «Perspectivas Económicas Mundiales» de que los datos ofrecidos por las autoridades argentinas diferían notablemente de los calculados por analistas privados, por lo que siempre añadía un pie de página en el que remarcaba la diferencia y planteaba dudas al respecto.

El gobierno argentino ha marcado distancias con el Fondo, al que considera responsable en parte de las recomendaciones económicas que llevaron a la aguda crisis que azotó al país a comienzos de siglo.

«Realmente hay contra la Argentina por parte del FMI una suerte de ensañamiento porque somos el mal ejemplo, somos el mal alumno, somos quienes dijimos que no a todas y cada una de las recetas que quisieron imponernos en el año 2003», afirmó Cristina Fernández el pasado septiembre en una conferencia en la Universidad de Georgetown de Washington.

Durante los últimos años, Buenos Aires y el FMI han mantenido el diálogo abierto para mejorar el sistema de medición de los indicadores estadísticos, y varios equipos técnicos del organismo han viajado a Argentina para asesorar a los funcionarios.

Sin embargo, y pese a las palabras de cortesía, este trabajo ha arrojado «progresos insuficientes», de acuerdo con la nota del Fondo.

Según las cifras oficiales, la inflación en Argentina en el 2012 cerró en un 10,8 %, mientras que las consultoras privadas sitúan la subida de precios en un 25,6 %.

En noviembre, Lagarde deberá enviar un nuevo reporte al Directorio Ejecutivo del organismo para informar acerca de la situación de las estadísticas argentinas, y de no ser positivo, acercaría a Argentina a la «expulsión» del organismo.