Mayor destrucción de empleo que aumento del paro

ECONOMÍA

25 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Este analista interpretaba los datos del paro registrado el pasado mes de diciembre como un espejismo al que se agarraban nuestros ministros del Gobierno de Mariano Rajoy. Recuerdo que la estadística decía que en ese último mes del año habíamos tenido la mayor reducción de la tasa de desempleo de la historia, mientras que yo señalaba que, con una caída aún mayor en ese mismo mes de los afiliados a la seguridad social, lo único que se podía concluir era que muchos de los que estaban sin empleo en diciembre habían decidido no renovar su demanda de búsqueda de trabajo en las oficinas de colocación. Se habían convertido, en definitiva, en parados desanimados, lo que la Encuesta de Población Activa (EPA) considera inactivos. Y, efectivamente, la EPA del cuarto trimestre conocida ayer viene a darme la razón en tal diagnóstico. Porque para el conjunto de España anota una destrucción de empleo de 363.000 personas en el trimestre y solo un incremento de la mitad, 187.000 personas, como parados. ¿Adonde se han ido el resto?, ¿dónde están los que evitan que alcancemos definitivamente los seis millones de desempleados?

Muy fácil: son los parados desanimados, que o bien retornan al extranjero (73.000 en el cuarto trimestre del año), o bien los parados nacionales (100.000) que ahora anotamos como reducción de la población activa. Desempleados desanimados (sobre todo jóvenes, dice la EPA) que con casi ya seis millones de parados consideran inútil buscar empleo en España. Carne de cañón de la emigración.

Fiabilidad de la Seguridad Social

La EPA da así la razón a la mayor fiabilidad de los datos de la Seguridad Social para seguir la evolución mensual del mercado laboral que a las cifras de paro registrado del INEM y Servizo Galego de Colocación. Pues mientras el ajuste trimestral entre la destrucción de empleo de la EPA y la reducción de afiliados a la Seguridad Social es muy alto (tanto para el conjunto de España como en Galicia), el ajuste entre estos datos y el incremento del paro (ya registrado, ya estimado) es cada vez más lejano. Pero, a pesar de este creciente efecto desánimo, como quiera que la recesión económica continuará con semejante intensidad este año respecto al anterior, el balance del 2013 que ahora comienza será demoledor en términos de empleo.

Si en el 2012 destruimos 850.000 puestos de trabajo, no es aventurado pronosticar que otros tantos caerán este mismo año. Puede, eso sí, que el paro solo llegue a seis millones y medio de españoles. Los 350.000 restantes ya saben ustedes dónde buscarlos, lamentablemente: en la emigración o entre los inactivos que han tirado la toalla.

Los parados desanimados, sobre todo jóvenes, deciden irse al extranjero en busca de empleo y desisten de hallarlo en España