Contradicciones sin fin

ECONOMÍA

20 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Un buen día de principios de enero, el equipo de investigación del FMI publica un importante documento en el que remacha la autocrítica sobre sus posiciones anteriores en torno al impacto económico de los ajustes fiscales: son tan grandes (en torno a tres veces lo antes repetidamente anunciado) que se hace urgente revisar sus ritmos y procedimientos.

Pues bien, pocos días más tarde, los órganos ejecutivos de la misma agencia internacional urgen al Gobierno portugués a llevar adelante nuevos recortes, en un país que ya malvive sumido en una profunda depresión.

Ahora es la OCDE la que publica -en un pequeño informe de apenas tres páginas, del 10 de enero- unos datos que van contra todo lo que se nos ha estado diciendo desde hace un par de años sobre la situación de los bancos europeos. Un asunto no precisamente menor, pues la propia OCDE lo califica como «el centro de la crisis de la eurozona». En términos generales, proclama que la banca europea presenta una acuciante necesidad de recapitalización, en cantidades muy elevadas: en torno a unos 400.000 millones de euros, lo que representa más de un 4 % del PIB de la región. Sin avanzar en ese proceso, la fragilidad de los sistemas financieros en el continente, y la confianza en ellos, seguirán siendo elevadas.

Pero lo chocante está en los datos nacionales. Resulta que el problema no radica en las entidades de la periferia (salvo Grecia), que a estas alturas presentan escasas urgencias de reforzamiento de su capital. La banca española, por ejemplo, requeriría reconstruir sus fondos propios en menos de un 2 % de nuestro PIB, y la italiana o portuguesa en niveles próximos a cero. En cambio, los bancos de Alemania, Holanda y Finlandia (cuyos Gobiernos son tan entusiastas del rigor aplicado a los demás) presentan ahora mismo necesidades de capital por encima de la media (casi un 5 % de sus respectivos PIB). Ahora es más fácil entender la radical negativa de esos países a que la nueva unión bancaria incluyera la posibilidad de una supervisión completa sobre sus entidades.

Bienvenido sea este estudio y la fuerte revisión que supone de las ideas establecidas en torno a los problemas europeos. Cabe sin embargo maliciar: ¿Cuánto tardaremos en escuchar de nuevo a un alto responsable de la propia OCDE perorando sobre el peligro que representan las impresentables finanzas de la periferia?

ANÁLISIS LOS PROBLEMAS DE LA BANCA CENTROEUROPEA