«Se buscarán fórmulas para mantener la obra social», dice el ministro

R. S. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

19 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En todo este proceso de reestructuración financiera, consecuencia del rescate europeo a la banca española, hay varios damnificados: los inversores gallegos de NCG; los clientes con participaciones preferentes y deuda subordinada; los empleados de la entidad, por los despidos que se tendrán que afrontar; y la obra social. Su viabilidad está seriamente comprometida. Si Novacaixagalicia pierde (como es previsible) el 6,8 % que tiene en NCG, se quedará sin dividendos del banco y, consecuentemente, sin fondos con los que sostener su actividad sociocultural, que ha superado los 1.000 millones de euros desde el 2002, aportados a comedores, centros de mayores, guarderías...

«Yo estoy completamente de acuerdo en que la obra social es importante», dijo Luis de Guindos en el Congreso. Pero, admitió a continuación el ministro de Economía, esta no podrá mantenerse ahora por la vía de la generación de dividendos del banco. «Tendremos que buscar otros sistemas, otras fórmulas para que haya un flujo de renta que permita el mantenimiento de la obra social. No se preocupe porque estamos buscándola», agregó ante la Comisión de Economía.

Está por ver por dónde pueden ir esas soluciones, porque el ministro no dio más pistas, y tampoco su departamento. Lo cierto es que, sin esa participación en NCG, la caja gallega solo tiene fondos para poder seguir hasta el 2014, tirando de sus remanentes, y limitándose a hacer una actividad de baja intensidad, sin llegar a los niveles de hace 5 años. La propia Novacaixagalicia planteó hace una semana al FROB que hay soluciones encima de la mesa que permitirían evitar esa pérdida total de peso en el banco. Hay dos vías que resultan las más factibles: una ampliación de capital, de tal forma que la caja se quedaría con una pequeña cuota del banco (pequeña, pero aún se quedaría); o una recompra de capital por parte del FROB. Esta segunda solución implicaría que el Estado le diera a la caja los 181 millones de su 6,8 %, y adiós. Por lo menos tendría una cierta viabilidad a medio plazo, gracias a ese dinero.

El papel de San Caetano

Hay una tercera pata: la Xunta. La conversión de Novacaixagalicia en una fundación tutelada por San Caetano -algo que sucederá en breve- podría suponer que, año a año, se dispusiera una partida presupuestaria pública con la que proseguir con la actividad socioasistencial. Por ahora son solo conjeturas. Lo que parece evidente es que en el consejo de administración de NCG en el que se aborde la solución, los dos representantes de la caja votarán en contra de toda alternativa que pase por dejar a cero su participación.

El caso de Novacaixagalicia es el mismo que el de Catalunya Caixa, cuyo 10 % en Catalunya Banc ha quedado valorado en 1 euro. Y con ello tendrá que decir adiós también a su obra social.

Las cajas de mayor tamaño, como La Caixa o Kutxabank, según las indicaciones de Bruselas, estarán obligadas a ceder el control de sus bancos. Pero al mantener un gran porcentaje de estos podrán seguir financiando su actividad social.