El capital foráneo toma grandes firmas en solo una década

Redacción / La Voz

ECONOMÍA

Trabajadoras de Cuca en Vilaxoán, ayer tras conocer el cierre de la fábrica.
Trabajadoras de Cuca en Vilaxoán, ayer tras conocer el cierre de la fábrica. MONICA IRAGO< / span>

Cuca y Azkar firman el penúltimo episodio de la sangría que experimenta en los últimos tiempos el tejido industrial gallego en cuanto a la propiedad de sus compañías

13 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Diez millones de euros invirtió hace año y medio el grupo vasco Garavilla en comprar a la familia Pita la emblemática factoría Cuca de Vilaxoán (Vilagarcía). Adquiría la fábrica vilagarciana y las marcas Cuca y Massó, bien posicionadas en la élite de las conservas. El viernes será el último día de trabajo, se cerrará la planta y la plantilla se trasladará a la fábrica de O Grove. Vilaxoán está a punto de perder la última de las cuatro conserveras que tuvo algún día, informa María José Santalla.

Cuca y Azkar protagonizan hoy el penúltimo episodio de la sangría que experimenta el tejido industrial gallego en cuanto a la pérdida de la propiedad de sus compañías, con las consecuencias que ello tiene para la descapitalización de la comunidad. La absorción del Banco Pastor por el Popular a finales del año pasado supuso que unos 25.000 millones de euros, el negocio de la entidad financiera gallega, están gestionados ahora desde Madrid.

Antes, durante la primera década del siglo, el control gallego sobre una quincena de grandes compañías se había evaporado y con él unos 29.000 millones de euros en volumen de negocios. Entre las ventas más importantes, la de Fenosa a Gas Natural, puso fin en el 2008 al sueño de un gran grupo energético propio de la comunidad. La compra se cerró por 16.700 millones. Apenas un año antes, Manuel Jove se había desprendido de la constructora Fadesa por 4.000 millones de euros. Martinsa-Fadesa, la nueva compañía, salió hace año y medio de un concurso de acreedores que, entre otras consecuencias, finiquitó su presencia en Galicia.

Otra venta sonada, también en un sector clave, fue la del operador de telecomunicaciones R al fondo de inversión británico CVC Capital Partners, que a principios del 2010 se hizo primero con el 35 % de la firma gallega y a finales de ese año alcanzó el 65 % tras la desinversión de Caixanova. Otra tecnológica puntera con sede en Galicia, Comunitel, fue vendida a Tele 2.

Prácticamente no ha habido sector en el que las empresas no han sucumbido al capital foráneo. Audasa fue vendida al banco estadounidense Citi; Pizza Móvil está desde el 2001 en manos del grupo portugués Ibersol; la cadena San Luis (electrodomésticos) fue vendida a la británica Kesa; la textil Toypes estuvo en manos de la sueca GB antes de echar el cierre; y la china Citi se hizo con la calderera Censa el año pasado.