Más ruido contra las preferentes

maría vidal / mónica torres A CORUÑA, VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Los clientes afectados elevan sus protestas, desde el norte hasta el sur de Galicia, ante la inminente posibilidad de perder sus ahorros; ayer ocuparon la sede de NCG en A Coruña

12 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los afectados por las participaciones preferentes saben que cualquier día de estos pueden recibir una llamada, o una carta, en la que se les explique el dinero que van a perder a cuenta del rescate bancario (5.425 millones recibirá NCG Banco). Y por ello, tras semanas con una menor intensidad, las protestas han aumentado y elevado su ruido, para tratar de recuperar, de alguna manera, sus ahorros. La vía más factible es la del arbitraje, y por ello exigen a la entidad y a la Xunta que aceleren la resolución de los casos.

Ayer los movimientos de los clientes se sucedieron de norte a sur. Al filo de las 11.30 de la mañana, afectados de toda Galicia tomaron, literalmente, la sede principal en A Coruña de Novagalicia, en la Rúa Nueva. Una vez en el interior, los manifestantes no dejaron de repetir sus ya habituales cánticos, a la vez que algunos de ellos ponían una reclamación en el servicio de atención al cliente. Mientras el jaleo se apoderaba del vestíbulo central, varios representantes de las plataformas de afectados de toda Galicia -participaron los de O Salnés, Morrazo, Vigo, Ferrol, Carballo, Ourense y A Coruña- se reunían con el delegado territorial, Gerardo Fuertes, y el delegado de zona, Javier Soto. «Ya no vamos a subir más, nos dicen lo mismo de siempre, que depende de Bruselas y que no pueden hacer nada. Nos convocan solo para llamarnos a la calma. Están los ánimos muy calientes», señaló Ana Cedeira Zas, portavoz de los afectados coruñeses.

«Nos dicen que antes de Navidad, que dependen de Bruselas y que están atados, pero por otra parte Joaquín Almunia da carta blanca para seguir adelante con el arbitraje. Queremos que dejen de mentir, y que nos digan la verdad. También cuál va a ser finalmente la quita, cuándo y cómo se va a hacer efectiva, y, lo más importante, qué tipo de producto nos van a entregar», explicó.

La posibilidad que está sobre la mesa es que, tras realizar una quita (una pérdida) a los clientes, el resto del dinero se les dé en acciones del banco (que no cotiza, y por lo tanto, no se pueden vender hasta dentro de unos años), y en algunos casos (los menos), en bonos que sí se podrán cambiar por dinero.

Apenas llevaban diez minutos dentro, cuando las grilleras de la Policía Nacional se plantaron en el exterior. Tres agentes intentaron sin éxito desalojar la sede alegando una alteración del orden público. «Yo vengo a retirar mi dinero y no me lo dan, ¿cómo no voy a alterar el orden público?», le espetó uno de los manifestantes. Al final los tres agentes decidieron controlar la protesta desde el exterior. Subidos a las escaleras. Provistos de un megáfono, los «pequeños ahorradores» permanecieron hasta el mediodía, salieron voluntariamente y siguieron el plan establecido: continuar la marcha hasta el Tribunal Superior de Xustiza para exigir que no se paralice el arbitraje y para recordar que hay varias demandas puestas a la espera de una resolución.

Y a pesar de que algunos de ellos atraviesan situaciones muy críticas, quieren dar a otros que lo están pasando peor. Por ello, el viernes 21 de diciembre la plataforma de A Coruña y la de Vigo recogerán alimentos en un supermercado de la herculina calle Juan Canalejo, para entregarlos a la Cocina Económica.

Siguen los encierros

En el sur de Pontevedra las protestas se han centrado en diferentes encierros. El salón de plenos del Concello de O Rosal está tomado por afectados de este municipio y del de Tui. Desde el lunes pernoctan en grupos de 10 desde el lunes, pero por el día, hay de media unas cien personas. «Hay incluso niños a los que se les ha robado su dinero», denuncian los concentrados.

En Gondomar son ya 10 noches a cinco grados en un cajero. Los afectados no bajan la guardia pese a que el paso de los días hace mella. Agentes de la Guardia Civil visitaron a los afectados por la mañana para preguntarles por su situación, pero el resto de la jornada solo hubo visitas de compañeros de otros municipios. Al igual que en O Rosal, aguantarán lo que el cuerpo permita.

Caso similar en Cangas. Sonia Pardo ha podido dormir por fin en su casa, por primera vez en cuatro días, ya que fue ella la que inició el encierro en el cajero. Ahora han comenzado los relevos. «Es mayor el agotamiento emocional que físico, por la tensión, pero no me ha faltado el apoyo durante todo este tiempo», indicaba ayer.

«¿Cómo no voy a alterar el orden público, si no me dan mi dinero?», dice un engañado