Tregua en los mercados a la espera de decisiones europeas

M. J. Alegre / Colpisa

ECONOMÍA

El Gobierno de Rajoy confía en que los acuerdos de la próxima cumbre de Bruselas minimicen el impacto de la crisis de la deuda sobre los países vulnerables

11 dic 2012 . Actualizado a las 22:43 h.

Tregua en los mercados europeos. En los más vulnerables, los de Italia y España, que se habían visto sacudidos por un nuevo episodio de crisis política en el país transalpino, los inversores se tomaron un respiro.

Todo apunta a que se mantienen expectantes por si los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea emprenden definitivamente el camino hacia una integración capaz de despejar, de una vez por todas, la desconfianza que genera la crisis de la deuda soberana en la zona euro.

Al menos por unas horas, la presión sobre el Gobierno español para que solicite el rescate global de la economía, que debiera abaratar sensiblemente la financiación, ha cedido de nuevo. A punto de recoger los primeros fondos de la asistencia para la capitalización bancaria, el Ejecutivo se muestra confiado en la consolidación de proyecto europeo. Ya no espera que el resto de los socios sean solidarios y le ayuden a devolver los 39.468 millones de recursos recibidos. Pero aún confía en que un firme proyecto común -la unión bancaria y la unión fiscal- le resulte útil para ahuyentar a los especuladores.

A pocas fechas de la cumbre en la que Rajoy tiene puestas esas esperanzas, el presidente del Ejecutivo español evocó en el Real Alcázar de Sevilla las dificultades que supuso la construcción de España, que se llevó a cabo «superando cada revés para llegar más alto». En el acto de conmemoración del XXV aniversario de la proclamación de la catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias como patrimonio de la humanidad por parte de la Unesco, Rajoy evocó que «las grandes obras se levantan piedra sobre piedra, y es una vez culminada la empresa común cuando los sacrificios realizados cobran pleno sentido».

En España, la prima de riesgo bajó de 426 a 414 puntos básicos, un descenso que compensó con holgura el tirón de la víspera. El Ibex-35, principal indicador del mercado de valores, avanzó el 1,49%, y se quedó por encima de los 7.900 puntos, concretamente en 7.920,90 enteros. Junto con Milán, que evoluciona casi en paralelo, fue el parqué que registró mayor revalorización, frente a las alzas de París (0,94%) y Francfort (0,78%) y el cierre prácticamente plazo de la Bolsa de Londres donde el Footsie 100 registró una mínima variación del 0,06%.

El Tesoro español superó con éxito este martes una subasta que tampoco ofrecía mayores dificultades. Ya cuenta con la financiación necesaria para este ejercicio, y si sigue realizando emisiones es por cumplir con el calendario, y sobre todo con el propósito de sustituir los plazos cortos por los más largos. No fue el caso de la última puja, celebrada este martes, en la que logró colocar 3.890 millones en letras a 12 y 18 meses -una cifra superior a la parte alta de la horquilla propuesta- con una demanda próxima a los 10.000 millones y con tipos más bajos que en la precedente ocasión.

En concreto, se colocaron 2.390 millones en letras a 12 meses con una demanda que superó 2,5 veces lo emitido (2,1 veces en la anterior ocasión). El tipo medio de este papel descendió desde el 2,797% de octubre al 2,556% actual. Por otro lado, el organismo emitió 1.500 millones en letras a 18 meses con peticiones que sobrepasaron 2,7 veces lo finalmente colocado (5,7 veces en la subasta de octubre). En este caso, el tipo medio pasó del 3,034% de la última subasta al 2,778% actual.

Lo cierto es que España nunca ha tenido problemas para colocar las letras, porque la demanda ha sido abundante, y la presión sobre la rentabilidad moderada, incluso en los momentos más agudos de la crisis. Más revelador será el resultado de la subasta del próximo jueves, en la que el Tesoro emitirá bonos a tres años y obligaciones con vencimiento a cinco y hasta treinta años.

Los inversores tienen muy en cuenta los plazos a los que está dispuesto a comprar el Banco Central Europeo. Si el Gobierno de España decidiera finalmente pedir un rescate global, «estrictamente condicionado», el instituto emisor acudirá al mercado secundario para adquirir títulos de hasta tres años, y no lo hará de forma automática, sino en función de las necesidades. Estas y otras peculiaridades las expondrá en detalle en Madrid el presidente Mario Draghi, que tiene confirmada una comparecencia en el Parlamento español, en los meses de enero o febrero, para explicar sus planes.

El dirigente ya estuvo en el Reichstag alemán el pasado octubre, donde intervino durante algo más de dos horas ante una restringida representación de parlamentarios de las diferentes fuerzas políticas, que tuvieron la oportunidad de consultarle sobre sus proyectos.

Fue una comparecencia a puerta cerrada, a la que siguió una conferencia de prensa. En España está por decidir no solo la fecha del encuentro, sino también el formato, que podría ser parecido. Aunque inhabitual, las comparecencias de Draghi ante los parlamentos nacionales tienen precedentes: Trichet informó del primer rescate de Grecia en abril de 2010.