Las joyas que le faltan a la corona británica

La Voz

ECONOMÍA

17 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Si en España el plan de Iberia se ve con inquietud, en el Reino Unido, la preocupación es anterior. La creación de IAG con la fusión de British Airways e Iberia, que se anunció como una fusión entre iguales, preocupa a los comentaristas británicos, que ponen en duda la proporcionalidad de los términos de la unión ante las pérdidas sostenidas de la compañía española.

Sin embargo, los réditos que hasta ahora ha sacado British no son nada despreciables. En primer lugar, la solución al descubierto en su fondo de pensiones, que las saneadas cuentas de Iberia en el momento de la fusión permitieron corregir. La nueva situación dio pie a la compañía británica a mejorar su flota, a la vez que Iberia iba renunciando a rutas como la de Johannesburgo y disgregando el tráfico nacional con la creación de Iberia Express y la reciente operación para hacerse con el 100 % de Vueling.

Pérdida de influencia

Para los sindicatos, la reconversión que pretende Iberia deja a merced de British Airways las dos joyas de la corona y el único motivo que los analistas británicos consideran como positivo en relación a la fusión: la explotación de las rutas con Iberoamérica y la gestión de la T4, la nueva terminal del aeropuerto de Barajas que supuso una inversión de un billón de pesetas y que es, al mismo tiempo, uno de los más cotizados aeropuertos de Europa. A su favor juega una eventual posibilidad de ampliación si fuera preciso (algo imposible en Heatrow) y una climatología envidiable para el tráfico aeroportuario.

La deriva que ha tomado la fusión ha puesto en pie de guerra a los trabajadores, pero también ha suscitado la preocupación del Gobierno por la posición de debilidad que parece adoptar la parte española en el nuevo holding aéreo y su pérdida de influencia en un sector estratégico.