Rajoy insiste en el Congreso en que no renunciará a la ayuda si es necesaria para el país
01 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El Gobierno descarta pedir el rescate en lo que queda de año «salvo cataclismo». Así lo aseguraron fuentes del Ejecutivo en un corrillo con periodistas en los pasillos del Congreso, donde ayer compareció el presidente, Mariano Rajoy, para informar sobre el Consejo Europeo celebrado en Bruselas los pasados 18 y 19 de octubre.
Esta seguridad se sustenta en que las necesidades de financiación del Estado están prácticamente cubiertas (apenas resta un 5 %) y en que la prima de riesgo parece estar bajo control en el entorno de los 400 puntos, por lo que -salvo imprevistos- no sería necesario pedir ayuda a Europa. Tras el revuelo que estas manifestaciones provocaron, desde la Moncloa se matizaron después -calificando de «malentendido» las declaraciones de primera hora- que no había habido cambio alguno en la posición del Ejecutivo respecto al rescate y que, como ya dijo Rajoy el lunes, tras reunirse con su homólogo italiano, Mario Monti, no es «imprescindible en este momento». Pero en el hemiciclo el rescate fue tema recurrente. Aunque Rajoy no lo mencionó en su primera intervención ante la Cámara, las repetidas referencias de los portavoces de la oposición -desde Rubalcaba a Coscubiela, pasando por Duran i Lleida, Díez o Larreina- lo obligaron a insistir en su postura en su turno de réplica, es decir, que no renuncia a utilizar el mecanismo de ayuda «si fuera necesario para los intereses generales de los españoles».
«De la misma manera que pedimos el préstamo para las entidades financieras, si yo creo que es necesario para los intereses generales de los españoles también lo haré y, además, lo explicaré en esta Cámara», subrayó Rajoy, para precisar que aún desconoce la condicionalidad del programa de compra de bonos del BCE -que además requiere «apoyo unánime» de todos los países de la eurozona- así como el impacto que tendría en la prima de riesgo.
El PIB caerá menos del 1,5 %
Por su parte, el ministro de Economía, Luis de Guindos, se sumó a la ola de optimismo que comparten algunos miembros del Ejecutivo, al asegurar -en respuesta a una interpelación del PSOE sobre las previsiones económicas para el 2013- que la caída del PIB este año será «previsible y probablemente» inferior al 1,5 % estimado en los Presupuestos.