Tras recapitalizarlos, pide que los accionistas asuman las pérdidas
27 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Los hombres de negro (FMI, BCE y Comisión Europea) ya han dictado su veredicto sobre la situación de la banca española, después de haber hecho una revisión profunda de las entidades (con especial esfuerzo en las nacionalizadas) entre el 15 y el 26 de este mes. El fallo del FMI fue el más duro y contundente: los bancos españoles con déficit de capital deben de ser recapitalizados, aplicarles los nuevos instrumentos de distribución de la carga (un eufemismo que significa que las pérdidas sean repartidas entre los accionistas) y liquidar los que sean inviables tan pronto como sea posible.
«Es necesario -añade el documento- evitar nuevas fusiones que no generen valor de manera clara y restricciones excesivas sobre la oferta de crédito a nivel de sistema». Un nuevo eufemismo, ya que los expertos del FMI saben que cuantas más provisiones, más saneamientos y más exigencias de capital se les requiera a las entidades, menos posibilidades tienen estas de disponer de liquidez para conceder préstamos a empresas y familias.
A juicio de la institución que dirige Christine Lagarde, «es importante mantener el mismo ritmo de avance, ya que quedan por delante retos difíciles». Intenta dar ánimos cuando subraya que en el contexto macrofinanciero las condiciones «han mejorado». Pero lanza una potente advertencia cuando mantiene que todo lo conseguido es «muy frágil» y «la economía y los bancos siguen enfrentando presiones negativas». El informe de la troika llega a falta de diez días para conocer los planes de recapitalización de cada entidad -incluido el de NCG Banco- y si son aprobados o no por el comisario Joaquín Almunia. Una vez que esto se produzca, las autoridades españolas pedirán parte de la línea de ayudas de 100.000 millones concedida, de la que España pedirá entre 40.000 y 60.000 millones de euros.
El papel de Almunia
Almunia tendrá en cuenta todos los informes, incluidos los de la Comisión Europea y el BCE. Ambos organismos lanzaron un nuevo aviso a navegantes: «Si bien las condiciones generales del mercado financiero en España han mejorado desde el inicio del programa y los problemas de financiación se han reducido, los desafíos para una parte del sector bancario siguen siendo importantes y requieren una acción política decisiva».
El banco malo, entendido como la piedra angular de la reforma financiera, ya que en él se depositan todos los activos inmobiliarios tóxicos, echará a andar el 1 de diciembre porque la troika ha definido las características fundamentales del diseño y su marco jurídico. Pero el FMI hace una advertencia para evitar futuros cazos multimillonarios como ocurrió en países como Irlanda: «Es importante asegurar que las estructuras de incentivos sean adecuadas, especialmente para la independencia de la administración de la sociedad y la gestión eficaz de los activos transferidos».
En medio de esta dura reestructuración y con las imposiciones que marcan la troika y las autoridades españolas (el mensaje pasa por hacer público un castigo hacia estas entidades y sus exdirectivos), la actual cúpula de la entidad gallega avanzó esta misma semana que tienen el visto bueno de Bruselas a su plan, que pasa por mantener su independencia y apostar por su total privatización con la entrada de inversores institucionales.
Mientras, continúan las presiones ejercidas por grandes grupos para repartirse toda o parte de la cuota de mercado de las entidades con problemas. Son estas antiguas cajas las que pueden funcionar como moneda de cambio para que los grandes grupos entren en el banco malo, a lo que de momento se han negado.