NCG intenta que inversores foráneos le compren lo que la troika le obligue a vender

El presidente de NCG, José María Castellano, y el consejero delegado de la entidad, César González-Bueno, acompañados por los responsables de recursos humanos mantuvieron ayer una reunión con los representantes de los trabajadores para explicarles la situación del banco. Primero, la entidad sigue defendiendo su proyecto en solitario, evitando cualquier tipo de cierre ordenado. Segundo, las negociaciones para su recapitalización se están manteniendo con la troika, el Banco de España y el FROB. Tercero, las condiciones que impondrá Bruselas para dar dinero público al banco puente pasarán por una mayor reestructuración, «que parece que poco tendrá en cuenta los ajustes realizados hasta la fecha», precisó un representante sindical.

En este contexto y dentro del plan de desinversiones que les exigirán las autoridades comunitarias, la dirección de NCG intenta deshacerse de los activos correspondientes (EVO o podría ser parte de la red de oficinas) cerrando una operación con bancos extranjeros, que no tengan presencia en Galicia o que esta sea mínima. Con ello conseguiría proteger los puestos de trabajo del personal afectado e incluso intentar venderle a ese futuro comprador servicios que NCG le pudiera prestar, con lo que la entidad se garantizaría más carga de trabajo.

José María Castellano también les explicó a los sindicatos que el plan pasaría por ser un banco puente, reestructurarlo en tres años y a los cinco proceder a su privatización. Estos tiempos son los marcados en el memorándum de entendimiento.

Hablaron también de la obra social de la caja de ahorros, que con la nueva recapitalización, se advirtió, corre un grave peligro de no poder mantenerse, y abordaron los efectos de la recapitalización del Banco Gallego. Su estructura no se computará dentro de NCG, lo que beneficia a esta última entidad.

La entidad ya conocerá su futuro. Apuesta por seguir en solitario.

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