Grecia descarga su furia con Merkel

T. safos / A. de Cabo ATENAS / DPA, COLPISA

ECONOMÍA

GRIGORIS SIAMIDIS / Reuters

Veinticinco mil personas repudian en las calles de Atenas las políticas de austeridad

10 oct 2012 . Actualizado a las 11:54 h.

La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró ayer en Atenas que los «esfuerzos» y los «progresos» alcanzados por Grecia, y que los ciudadanos helenos han sufrido en sus carnes en forma de draconianas medidas de austeridad, «valen la pena» porque «acabarán dando frutos». Advirtió, eso sí, que «el camino no ha llegado a su fin». También les recordó a los griegos que otros cayeron antes y «tardaron décadas en levantarse». El primer ministro heleno, Antonis Samaras, que accedió a la jefatura de Gobierno en junio, respondió que «Grecia está determinada a cumplir sus compromisos» y añadió que « el pueblo heleno sangra, pero está determinado a ganar la batalla de la competitividad».

Mientras Merkel elogiaba las políticas del Ejecutivo de Samaras, decenas de miles de manifestantes clamaban contra su visita al país de la eurozona más endeudado y afectado por la crisis. La policía tuvo incluso que recurrir a los gases lacrimógenos para dispersar a los que intentaban echar abajo una barricada que protegía uno de los accesos al lugar donde Merkel estaba reunida con Samaras.

Al tiempo que se celebraba ese encuentro, unas 25.000 personas repudiaban en la calle las medidas de disciplina fiscal que estrangulan la economía griega, de las que responsabilizan a Alemania como el principal país impulsor.

El Gobierno desplegó a unos 6.000 agentes en el centro de la ciudad para contener la protesta en la plaza Syntagma, convocada por los sindicatos, el partido de izquierda Syriza y grupos de la derecha nacionalista.

Los manifestantes portaban carteles en los que podían leerse consignas hostiles como «Fuera Merkel, Grecia no es una colonia», «Mal venida», «Fuera los imperialistas» y «No al cuarto Reich». Dos banderas nazis fueron colocadas sobre una barrera de metal próxima al Parlamento heleno e incendiadas. Mientras, el Gobierno de coalición griego saludaba con un mensaje de apoyo la llegada de Merkel.

Una mujer odiada

Ha sido la primera visita de la canciller alemana a Grecia desde que estalló la crisis de la zona euro hace ahora casi tres años. Merkel se convirtió en una persona odiada en todo el país a medida que este se vio obligado por la presión de sus acreedores a aplicar drásticos recortes que lo hundieron en una profunda recesión a cambio de un rescate financiero y de una quita de su deuda. La mandataria llegó a ser incluso caricaturizada como Adolf Hitler en la prensa sensacionalista griega.

Tras su encuentro con el primer ministro, la canciller se entrevistó con el presidente, Carolos Papulias, quien subrayó que Grecia ha llegado ya «al límite». «Hay que pensar en medidas que den esperanza a la gente, para afrontar el desempleo de los jóvenes y de las mujeres», dijo Papulias. Merkel le respondió que venía a Grecia «como una amiga y un socio y que deseaba resolver problemas».

La visita de la mandataria alemana se produce en un momento crucial para Atenas, que está negociando con la troika de acreedores (UE, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) un nuevo paquete de recortes fiscales de al menos 13.500 millones de euros para continuar recibiendo los tramos del rescate.

Nuevo tramo del rescate

Según explicaron fuentes del Ministerio de Finanzas, la próxima partida de 31.500 millones de euros, que Atenas espera desde hace meses, la recibirían «para fines de noviembre a más tardar».

Berlín y Atenas se afanaron en presentar la visita de Merkel como un gesto de solidaridad y de aliento a Grecia en sus esfuerzos de reforma, pero muchos griegos considera que el viaje de Merkel solo ha servido para alimentar el odio hacia Alemania y sus políticas.