Siete países de Asia amenazan la pujanza de la conserva gallega

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / AGENCIA

ECONOMÍA

Corea, Vietnam e Indonesia negocian exenciones como las que tiene Papúa

16 sep 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

La pujante industria conservera gallega, con un crecimiento del 22 % de las exportaciones el año pasado y una cifra de ventas al exterior de 458 millones de euros, ha iniciado su particular guerra del Vietnam en el seno de la Unión Europea por la que consideran competencia desleal por parte de terceros países del sudeste asiático y Oceanía. Las facilidades que ha dado la UE a naciones como Papúa Nueva Guinea están posibilitando un espectacular desarrollo de la industria de esta zona del planeta, que ya ha empezado a inundar de latas el mercado europeo y americano con unos precios un 35 % más bajos que el producto gallego, caracterizado por su gran calidad, pero con unos costes de producción más elevados. Papúa Nueva Guinea tiene en la actualidad tres grandes plantas de enlatado, pero este mes entrará en funcionamiento otra gigantesca empresa, Majestic Sea Food, con 6.000 empleados directos y en la que participan otros dos países, Filipinas y Tailandia. Antes de fin de año se abrirán otras tres factorías, con lo que la producción actual de 430 toneladas de pescado envasado al día se triplicará y pasarán a 1.280 toneladas.

La moneda de cambio

Con esta progresión, el país puede arrebatar a España el cuarto puesto en la producción mundial de conservas, un ránking que encabeza Tailandia, con el gigantesco grupo Thai a la cabeza. Papúa ha alcanzado un acuerdo como socio comercial de la Unión Europa en al que «la pesca es moneda de cambio», en palabras de Juan Manuel Vieites, secretario general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Conservas (Anfaco). El acuerdo de asociación económica interina con Papúa supone dar facilidades a las exportaciones de pescado procesado a Europa a cambio de que este país asiático favorezca las importaciones europeas y vaya reduciendo sus aranceles progresivamente en 15 años, a la vez que abre su mercado a empresas occidentales.

Desde Anfaco se pone de relieve que la liberalización arancelaria, complementada por una relajación en la normativa de origen, «está permitiendo que los países receptores de estos acuerdos incrementen su cuota de mercado en la Unión Europea», colocando a la industria española y gallega «en una posición de desventaja competitiva frente a sus principales rivales». Además del acuerdo con Papúa, Anfaco pone de relieve que existe otro con Corea y que la UE está negociando con Malasia y va a empezar a hacerlo con Vietnam, Tailandia, Indonesia y Filipinas.

Por ello, piden una protección arancelaria para los productos de la pesca transformados y las mismas reglas para todos.

La pesca y sus productos se han convertido en moneda de cambio