Novagalicia Banco traslada a la plantilla que es «viable» y quiere seguir solo

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El banco admite que necesitará nuevos ajustes de oficinas y personal

06 sep 2012 . Actualizado a las 14:59 h.

Novagalicia Banco guarda silencio público sobre su estrategia y sobre su futuro, pero ya ha comenzado a dar algunas pistas. El lunes, tras la entrada en vigor del último decreto financiero, el banco (Novagalicia en su nombre comercial) remitió una comunicación interna a la plantilla, a través de su portal informático, en la que explicaba los pormenores de esa nueva vuelta de tuerca legal (banco malo, reestructuración de entidades, comercialización y canje de preferentes, estructura del FROB...) y dejaba claro que el banco «es viable» y que acudirá al fondo de rescate de la UE con la intención de seguir en solitario, tratando de espantar el fantasma de la subasta que ha evitado hasta ahora, pese a las presiones de la competencia para que así sea. El discurso de la actual dirección del banco -mantener su autonomía- no ha cambiado, pese a que la nueva regulación le complica aún más la existencia.

En la misma comunicación remitida a sus casi 6.000 empleados, el banco que dirige José María Castellano explica que el banco entrará dentro del grupo de entidades con una resolución ordenada. Y dentro de esa calificación hay dos posibilidades: el traspaso del negocio a un «banco puente», que permitiría seguir como está actualmente para encontrar compradores (inversores) en cinco años; o la venta total o en trozos. Se entiende que, según su declaración de principios, NCG optará por la primera solución.

El precedente

Esa vía, la del «banco puente», es la que se llevó a cabo con el banco inglés Northern Rock, que fue reestructurado y encontró como comprador (un socio no bancario) a Virgin. Además, Novagalicia no ha abandonado la solución a recapitalizarse con fondos de inversión, como también se le explica a la plantilla. El reto es mayúsculo porque tras recibir una inyección millonaria de Bruselas (6.000 millones se estiman), el banco ha de demostrar que es viable, que no tendrá que recurrir a más ayuda y que podrá devolverla en un plazo determinado. A partir de noviembre se sabrá mejor el futuro de NCG, cuando se aprueben los planes de reestructuración de las entidades. Lo decidirá el FROB (controlado por el Ministerio de Economía y el Banco de España) con la supervisión de Bruselas.

Pese a esas pistas, el comunicado no entra en demasiados detalles, como denunciaba ayer CC.OO., mayoritario en el banco. «Emplazamos a la dirección a que, lejos de argumentarios que siempre son buenos, aunque se queden a medias, nos aclare con luz y taquígrafos el futuro», apunta el sindicato en su circular. Echa en falta la central que se explique el modelo en el que finalmente se encuadrará la entidad, pero, sobre todo, que detalle el impacto en empleo que tendrá la reforma. En el comunicado del banco, NCG admite que la reforma tendrá coste laboral. «¿Habrá una mayor reestructuración de oficinas y de empleo? Sí», se pregunta y responde el banco. Pone por escrito algo esperado por los sindicatos y que algunos de ellos han dado en llamar «ERE IV». Y ello a expensas de lo que suceda con su participado Banco Gallego y sus 770 empleados. Planea su venta o su integración en Novagalicia.

El banco anuncia así que habrá de reducir gastos y mejorar su eficiencia tras cerrar 127 oficinas este año (24 en Galicia), con lo que el número de sucursales clausuradas supera ya las 470 desde la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, en diciembre del 2010. Desde aquella fecha, el número de empleados se ha recortado en casi 1.800 hasta quedar por debajo de los 6.000. Sin embargo, a los representantes de los trabajadores no se les ha facilitado más información.