Los cereales han duplicado su precio desde el inicio de la crisis

Xoán Ramón Alvite Alvite
Xoán Ramón Alvite REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Los productos con los que se hace el pienso para el ganado en Galicia son importados.
Los productos con los que se hace el pienso para el ganado en Galicia son importados. josé manuel casal< / span>

La soja y el maíz, los más usados para la alimentación del ganado, están en máximos históricos, mientras el precio de la leche es un 20 % más bajo

03 sep 2012 . Actualizado a las 11:28 h.

Las cotizaciones de los alimentos prosiguen su ascenso imparable en los mercados mundiales. La mayor parte de los cereales y oleaginosas susceptibles de ser aprovechadas para la alimentación humana o animal han duplicado su precio desde el inicio de la actual crisis económica en el 2008.

Especialmente significativa ha sido la evolución experimentada por los valores de la soja y el maíz, dos de las materias primas más empleadas en la fabricación de piensos y concentrados alimenticios para el ganado, que han alcanzado máximos históricos en los últimos días. Mientras la soja cotizó a 692 dólares la tonelada (550 euros), el precio del maíz se situó en 338 dólares (casi 270 euros), según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USAD), referidos a la Bolsa de Chicago.

Tampoco el trigo se libra de este encarecimiento generalizado del grano, situando su precio de referencia actual en el entorno de los 345 dólares (275 euros), un 30 % más que a principios de año.

A la fuerte especulación que sobre el mercado cerealístico están ejerciendo los fondos de inversión se unen ahora unas condiciones climatológicas que pronostican cosechas más escasas de lo esperado y por tanto, dado que la demanda no solo se mantiene sino que aumenta, mayores precios en el futuro.

Tanto es así que Rusia, tercer productor mundial de grano, ha vuelto a revisar a la baja su volumen de producción de este año reduciéndolo de 80 a 75 millones de toneladas. La cosecha del año pasado ascendió a 92 millones y ya provocó limitaciones en las exportaciones durante el primer semestre del año, por lo que se espera que durante este ejercicio pueda suceder algo similar. Varias regiones agrícolas, situadas en la cuenca del mar Negro al sur del país, se han visto afectadas este año por una gran sequía que ha provocadas severas mermas en la producción.

Circunstancia parecida a la que sufren en Estados Unidos, donde la USDA redujo en 55,7 millones de toneladas la expectativa de producción de maíz con respecto al pronóstico realizado hace apenas un mes. De este modo, se espera un cosecha de algo más de 270 millones de toneladas, un 13 % menos que el año pasado y la más baja desde el 2006. Este dato contrasta con el hecho de que la superficie cultivada es la más alta desde la Gran Depresión de los años treinta.

Es de suponer, tal y como apuntan varios expertos, que esta situación acabe afectando de forma directa a los precios de los alimentos que consumen en las granjas gallegas por cuanto se elaboran, prácticamente en su totalidad, con materias primas procedentes de alguno de estos países. «Todo canto sucede nos países produtores acaba repercutindo aquí porque o 85 % dos produtos que se empregan na fabricación dos pensos provén da importación», apunta Bruno Beade García, director de la Asociación Gallega de Fabricantes de Alimentos Compuestos, que pronostica que esta tendencia alcista se mantenga, al menos, hasta finales de año.

Mientras el precio de los cereales se dispara en cuatro años, lo que se paga al ganadero por la leche ha descendido un 20 %.

El precio del pienso para vacas de leche ha aumentado un 40 % en el último año y ha provocado que los ganaderos estudien fórmulas alternativas para reducir los costes de alimentación por este concepto.

El recurso de la cerveza

Una de ellas pasa por la utilización del bagazo (cáscara) de la cerveza como sustituto de los piensos. Al parecer, este subproducto que se obtiene tras el proceso de prensado y filtración del mosto tiene un alto valor proteico, por lo que reduce, en cierta manera, la dependencia de la soja. A ello hay que unir, además, un precio altamente competitivo en relación con el del pienso. Mientras un kilo de concentrado puede alcanzar los 40 céntimos, el del bagazo oscila entre los 5 y lo 9 céntimos, en función de su procedencia. Si bien no sustituye en su totalidad al pienso permite ahorrar la cantidad diaria que se sirve a cada animal.