«Vou máis tranquilo en coche ou en barco que aquí, no avión»

E.A. BRUSELAS | ENVIADA ESPECIAL

ECONOMÍA

29 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

«Vou máis tranquilo en coche ou en barco que aquí, no avión», se lamentaba Luis Dopico, asesor de la Cofradía de Pescadores de A Coruña. Pero a Bruselas no se puede ir en barco, y menos si es uno artesanal, como el que poseen la mayoría de los 24 componentes de la delegación gallega que acompañó a la diputada nacionalista Ana Miranda en su encuentro con la comisaria de Pesca, Maria Damanaki. Quizá por eso, porque es fácil ver una grúa similar a la de Astano cerca del edificio Berlaymont, sede de la Comisión Europea, que una gamela o una planeadora, a la griega le llovieron invitaciones de que se subiera a un barco, sobre todo a un barco de pesca artesanal, esos, a su entender, son todos aquellos que miden menos de 12 metros de eslora, una apreciación con la que el sector gallego discrepa, pues tiene en sus puertos más de 4.000 ejemplos que mostrar.

Otro tanto para el barco es que, a los aviones, a veces, los complica el diablo o la letra pequeña de las low cost y los componentes de la expedición llegaron a temer seriamente perder esa oportunidad de trasladar a la comisaria Damanaki cuando, tras desembarcar en Barcelona, observaron en la pantalla que su vuelo a Bruselas estaba cancelado, al parecer por problemas técnicos del avión que tenía que llevarlos ante su cita con la política griega.

Finalmente, el avión despegó, aunque el retraso en el vuelo y los atascos de la capital belga -«ríete ti dos de Marín»- no impidieron que los gallegos hicieran esperar más de media hora a la comisaria de Pesca, que quizá por eso despachó con prontitud a la prensa y a los gráficos para recuperar el tiempo perdido.

Las causas

Pero las mismas prisas tenían los gallegos, que querían hacer ver que, como dijo Ana Miranda, su anfitriona, «Galicia e a súa flota artesanal tamén teñen un lobby en Bruxelas». Porque está claro que entre redeiras, mexilloeiros, cofradías, sindicatos, percebeiros y demás colectivos de la pesca gallega hay diferencias ideológicas, pero fueron arengados a presentarse como una piña, a defender Galicia, «con educación, pero con firmeza» y, sobre todo, «coa cabeza ben alta e a conciencia tranquila», como les conminó el diputado nacionalista Bieito Lobeira, miembro también de la expedición del sector pesquero gallego al centro de poder comunitario de Bruselas