La autoridad monetaria, que revisó a la baja el crecimiento de la zona euro para este año sugiere recortar el salario mínimo y abrirse a la inmigración
10 ago 2012 . Actualizado a las 18:13 h.El BCE ya incluye a España entre los países que, junto a Grecia, Irlanda, Portugal y, en fecha reciente, Chipre, se han acogido a programas de asistencia financiera. A los cinco les recomienda acometer «reformas adicionales de gran calado», porque considera que su necesidad de reequilibrio es «todavía considerable». E insta sobre todo a España y Grecia, que presentan las tasas de paro más elevadas de la UE, a aplicar medidas tan radicales como recortar el salario mínimo, facilitar aún más el despido, abrirse a la inmigración o liberalizar las profesiones cerradas, además de moderar salarios y también márgenes de beneficios, especialmente en los servicios.
Los expertos del BCE aconsejan al Ejecutivo de Rajoy, como al de otros países asistidos, «la adopción de políticas audaces y la valentía ante las presiones de grupos privilegiados y de intereses creados» para afrontar las reformas.
En su análisis, la autoridad monetaria constata que «el ajuste va por buen camino, y el saldo primario está mejorando, aunque en el 2010 y el 2011 la reducción del déficit fue menor de lo esperado». También da fe de que se han contenido los costes laborales respecto a la media de la zona euro. La unidad de producto sale ahora más barata que en el 2007, si se compara con la evolución del promedio de los socios de la moneda única. Pero dice el BCE que solo una parte de esta reducción se debe a las medidas para lograr mayor eficiencia. El resto responde, lisa y llanamente, a los recortes de plantilla.
La cruz de la moneda
La cara oscura de la moneda, apuntan los autores del informe, ha sido el fuerte incremento de las tasas de paro, en especial en el segmento de trabajadores más jóvenes. En España y Chipre, aseveran los expertos del BCE, «la moderación salarial ha sido muy limitada». Por eso apuntan que la negativa evolución del paro ha podido deberse también a «la actuación tardía de los agentes sociales que participan en las negociaciones salariales, tanto en el sector privado como en el público».
De cara al futuro, esperan que se produzca «una acusada caída de la remuneración por asalariado», como consecuencia de los nuevos recortes de los salarios del sector público y del impacto de la reforma laboral en la moderación de las reivindicaciones salariales del sector privado.
Y aprovechan la ocasión para estimar que, si la reforma del mercado de trabajo «de gran trascendencia y envergadura» que aprobó el Gobierno de Rajoy en febrero del 2012 se hubiera producido hace unos años, «podría haber sido muy útil para evitar la destrucción de empleo». Pero ahora toca acometer nuevos retos, que se extienden a los cinco países «acogidos a un programa». España, Grecia y también Portugal, con elevadas tasas de desempleo, tienen que mejorar su competitividad y, para conseguirlo, han de recortar no solo los costes laborales, sino también los márgenes de beneficio excesivos, que se localizan sobre todo en los sectores orientados al mercado interno, y en particular en los servicios. Para reducir costes laborales, el instituto emisor sugiere recetas bien conocidas como aumentar la flexibilidad de los salarios relajando la legislación que protege el empleo, reduciendo los salarios mínimos y permitiendo la negociación salarial a escala de empresas.
Más inmigrantes
Añaden los expertos del BCE que el ajuste de competitividad se reforzará también mediante privatizaciones, la innovación de procesos, el desarrollo de nuevos productos, la aplicación de medidas para mejorar la cualificación de la población activa y la puesta en marcha de iniciativas para crear un entorno empresarial más favorable. Y agregan recomendaciones que no van precisamente en línea con las políticas de Rajoy, como la liberalización de la inmigración o la reorientación del gasto hacia la educación.