Niño, duérmete que viene Draghi

J. Ignacio Atance

ECONOMÍA

05 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Consenso absoluto: es el nuevo malvado mundial. Ha «decepcionado» a los mercados. ¿Decepción? Y un cuerno. El presidente del BCE nunca anunció que fuera a hacer nada diferente a lo que dijo el jueves. Pero el mercado estaba infestado de bajistas camuflados tras una operación de libro para calentar artificialmente el ambiente. Y el jueves por la tarde consiguieron su objetivo: se forraron. Así que «decepcionados» dudo que estuvieran. Además, lo que dijo fue algo bastante razonable: que estudiarán una serie de medidas complejas para aliviar la presión de los mercados, pero que solo con políticas monetarias no vamos a ninguna parte y que los Gobiernos tienen que poner de su parte.

¿Qué por qué actuó así? Gana por goleada el discurso dominante: el BCE se ha rendido a los halcones del Bundesbank. Sin embargo, les propongo una visión alternativa: el caos de gobierno de la eurozona, sin nadie que ejerza de verdad autoritas ni potestas (salvo Merkel), hace que, pasadas ya varias semanas desde que se tomaran decisiones críticas para el futuro del euro, todo esté por hacer. Y Draghi, hasta las narices de los políticos europeos, contraataca: «Si vosotros no arrimáis el hombro, yo tampoco».

¡Ah, por cierto! La subasta de deuda italiana de la semana pasada fue, comparativamente, peor que la española, y su prima de riesgo escaló el jueves hasta los 510 puntos básicos ¿De dónde es Draghi? Pues eso. Que la culpa es del BCE, que le tiene manía a España.