El Gobierno promete a Bruselas que ahorrará 5.300 millones de euros al congelar la convocatoria de plazas de empleo público hasta el 2015
05 ago 2012 . Actualizado a las 08:58 h.El tiempo apremia, pero en Europa, como casi siempre, las cosas van despacio. Tanto que los líderes de la eurozona confían, con la venia de los mercados, en poder aparcar hasta septiembre la salida del laberinto en el que anda metida España. Para empezar, no hay convocado en agosto ningún Eurogrupo. Y, son los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona los únicos que pueden ordenar al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) -fondo de rescate para los amigos- que dispare.
En el caso, prácticamente seguro, según casi todas las voces de los expertos, de que Rajoy decida finalmente cursar la petición de auxilio que le exige Draghi para descruzar los brazos y meterse en faena, los trámites a seguir son estos: el Gobierno español ha de presentar una petición formal al presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker. Acto seguido, el BCE debería emitir un informe certificando que se dan las circunstancias excepcionales que justifican la intervención. Con el visto bueno de la autoridad monetaria ya en la mano, la Comisión Europea y el propio Banco Central Europeo prepararían el famoso memorando de entendimiento (las «estrictas condiciones» de las que habló el jueves Draghi) en el que Rajoy deberá estampar su firma.
El documento podría recibir rápidamente el visto bueno del Eurogrupo, incluso por teleconferencia, según explicaron ayer a Efe fuentes comunitarias. Después pasaría de urgencia por los Parlamentos nacionales que tengan que aprobarlo (Alemania, Holanda y Finlandia, por ejemplo) y, finalmente, sería ratificado otra vez por el Eurogrupo. Desespera la falta de agilidad con la que se toman las decisiones en Europa, pero son lentejas.
En tanto todo eso no ocurra, está completamente descartado que el BCE se deje ver por los mercados de deuda para aliviar la presión. Lo dicho el jueves por Draghi no deja ningún resquicio a la duda. Ha quedado más claro que el agua que la autoridad monetaria solo sacará la artillería pesada si hay un acuerdo político en la eurozona para socorrer a un país. Es el requisito para dar luz verde a la compra de deuda por parte del fondo de rescate. «No se pueden esperar decisiones sin un acuerdo político», explicó a Efe una fuente diplomática, que aseguró que Alemania solo aceptará dar más ayudas si Rajoy se aviene a aceptar las condiciones a las que se refirió Draghi.
Dejar pasar agosto
La idea, por tanto, es que España supere agosto y reciba la asistencia de sus socios en septiembre -o, incluso, puede que en octubre- si el incendio sigue activo en los mercados. Y nada nos permite soñar con que se apagará.
El Gobierno español se va de de vacaciones con la esperanza de que la opción de un nuevo rescate sirva para aplacar la ofensiva de los inversores en los mercados. Y, el fuerte repunte que experimentaron este viernes las bolsas y, sobre todo, la relajación de las primas de riesgo de España e Italia, ha hecho que en los despachos de Bruselas se juegue con la idea de una tregua. Habrá que verlo.
Por lo demás, el Ejecutivo alemán reiteró ayer su negativa a que el fondo de rescate permanente cuente con licencia bancaria, lo que permitiría acudir a la ventanilla del BCE para obtener fondos con los que comprar deuda. Lo hizo por boca de su ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, quien argumentó que Alemania no puede ser garante de la deuda del resto de la eurozona por «motivos políticos, legales y financieros».