Alemania refuerza la posición de Draghi y rehúsa la compra de deuda a España
23 jul 2012 . Actualizado a las 07:34 h.El día después del viernes negro amenaza con acabar teñido del mismo color. Con la Bolsa cediendo casi un 6 %, la prima de riesgo escalando hasta los 612 puntos y el bono a 10 años por encima del 7 % (al cierre de la última jornada laboral), y pese a tener garantizados 100.000 millones del fondo de rescate europeo para recapitalizar a los bancos con problemas, la suerte de España parece que está echada, a no ser que Alemania, que es quien manda en el Banco Central Europeo, decida a última hora echar un cable que evite la petición de un rescate global. Pero esta hipótesis, a estas alturas, parece ya poco probable, sobre todo después de que el presidente regulador europeo, Mario Drahgi, haya advertido a España, vía declaraciones a un periódico francés «que el BCE no está para resolver la deuda financiera de los Estados».
No se puede decir más claro. Pero, por si acaso, el ministro alemán de Economía, Philipp Rösler, defendió ayer la independencia del BCE ante las peticiones para que compre deuda española. «La independencia de nuestro BCE no se toca», afirmó el ministro, y añadió: «El cometido del BCE no es resolver estos asuntos, sino velar por la estabilidad de precios y de la situación monetaria, por lo que no debe haber nuevas compras de deuda soberana».
Últimas súplicas
Sin embargo, por suplicar que no quede. Y eso es lo que hizo ayer el vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons. «Si el Banco Central Europeo quiere, esto se acaba el lunes», dijo confiando en que «si el BCE detiene la especulación, nuestro país va a saber reinventarse y recuperarse». González Pons fue incluso más allá y desveló sus sospechas sobre una teoría conspirativa, según la cual, la mayor crisis de deuda soberana española que haya existido jamás es culpa de «alguien» que no quiere que España, junto a los países del sur, formen parte de la misma Europa del norte.
Pocas horas antes, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, apeló a la acción del BCE, cuyo inmovilismo criticó con dureza. «No está haciendo nada para parar el incendio de la deuda pública», afirmó.
También el Partido Socialista se sumó ayer a las súplicas al BCE para que ayude a España, porque «Europa debe superar la crisis junta, o no la superará», dijo el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que exigió al Gobierno que presione en Bruselas para que se ataje el problema de la deuda.
Alianza con Italia
A falta de capacidad de convicción con el BCE, el Ejecutivo tiene un plan B que consiste en reforzar su alianza con Italia para pedir una ayuda inmediata de las instituciones de la Unión Europea (el propio BCE para empezar). Mario Monti visitará Madrid el próximo 2 de agosto para escenificar mejor esa unión.
Eso será dentro de una semana, pero ¿qué pasará esta? Las repetidas advertencias de los mercados, incluyendo el desastre del pasado viernes son, según los expertos, un testimonio de la incapacidad del país (la cuarta mayor economía de la zona del euro) para restablecer la confianza.
Según Richard McGuire, analista de Rabobank, España ha ingresado en una «espiral de la muerte y cabe la posibilidad de que ya no pueda hacer frente a los pagos de su deuda».
Para los analistas de Capital Economics, «con las perspectivas de las finanzas públicas españolas estrechamente ligadas al sector bancario, sigue habiendo un riesgo muy importante de que el Gobierno tenga que pedir su propio rescate», explican.
Para añadir más tensión a la situación de máxima alerta con la que arrancarán los mercados, esta semana los máximos responsables de la situación financiera en la que se encuentra España comenzarán a dar explicaciones en el Congreso.
El ministro Luis de Guindos comparece hoy a petición propia en el Parlamento para explicar los términos del acuerdo del rescate.