Éxito, pese al riesgo y acercarnos al bono basura

ECONOMÍA

20 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El observador no experto estará más que desconcertado al observar cómo subasta tras subasta de deuda del Estado en los mercados primarios, la demanda supera en varias veces a la oferta. Una demanda que parece hacer oídos sordos a las señales de alarma que indica la elevada prima de riesgo, por esa misma deuda en los mercados secundarios, y la caída paulatina de su calificación por las agencias especializadas (cerca del bono basura). Semejante éxito solo cabe explicarlo por los elevados intereses que obtienen los compradores. Compradores que, más cada día que pasa, son sobre todo los bancos españoles que con esos papeles como garantía obtienen liquidez en las barras libres del BCE.

La diferencia entre lo que cobran por financiar al Estado y lo que les cuesta ese dinero parece ser muy golosa. Y a ello se dedican mientras los bancos e inversores extranjeros se están saliendo de ese mercado que ellos ocupan. Es este un negocio que coincide con un plan de rescate, para el sector financiero español, por parte del Estado. Plan que nos obliga a endeudarnos con el Fondo de Rescate y a pagar unos intereses muy superiores a los que paga ese propio Fondo para financiarse. La diferencia entre los tipos de interés que nuestros bancos cobran de todos los contribuyentes por financiar al Estado y los tipos a los que podríamos financiarnos si el Fondo Europeo no fuese un mero sindicato de prestamistas, sino con eurobonos o intervención directa del BCE, habla a las claras del doble expolio del país.

Atrapados entre la espada (de la prima de riesgo) y la pared (del objetivo gravado en piedra del déficit), los agentes financieros internos y externos no solo han provocado el derrumbe de la economía sino que ahora se limitan a especular con las deudas, avales y quebrantos que transfieren al sector público.