«Con esta situación no podemos consumir nada, yo vine a buscar un justificante para poder ir a Cáritas y a la asistente social. Con los ingresos que entran en mi casa no nos llega para pagar el alquiler y consumir lo que necesitamos». Así resume Manuel Mares la situación a la que se tiene que enfrentar su familia cada mes, circunstancias agravadas por la imposibilidad de uno de sus tres hijos para encontrar trabajo.
A la preocupación de Manuel se suma la de otros que como él se acercaron ayer hasta la cola del paro. Luis G., por ejemplo, viene a acompañar a su hija, que renunció a un puesto de trabajo por otro mejor, del que fue despedida a los pocos días de empezar. Así, tendrá que volver a depender de sus padres, cuya situación asegura Luis, «tampoco es fácil».
No solo los más veteranos están preocupados por el futuro. «Creo que los jóvenes tenemos que intentar quedarnos en España porque aún hay oportunidades, aunque no están bien pagadas» declara Rubén Álvarez, de 33 años. Este informático no renuncia a vivir donde está su familia por encontrar un trabajo mejor lejos de su casa, a pesar de que su preparación académica estaría «más valorada fuera del país», considera.
Maribel Roca tampoco quiere emigrar para buscar trabajo, pero sus circunstancias son diferentes. «Tengo un hijo y no puedo marcharme. Estoy dispuesta a cambiar de empleo si con eso puedo mantener a mi familia cerca de casa», y añade: «Me parece muy triste que nos tengamos que ir de España para poder trabajar y vivir».
La preocupación de Soledad Cruz no es ella misma, sino sus nietos, que «lo único que les va a quedar es emigrar», una situación que le «quita el sueño».
una mañana en una oficina del servicio público de empleo
«Me parece muy triste que nos tengamos que ir de España para poder trabajar»