El «biscotto» era entre Rajoy, Monti y Hollande

Tomás García Morán
Tomás G. Morán REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Horst Wagner / Efe

Lo ocurrido en el Consejo de Europa confirma que el directorio Merkozy, que amenazaba con gobernar Europa sin voz ni voto para los demás, ya es historia

29 jun 2012 . Actualizado a las 22:18 h.

España e Italia jugarán la final de la Eurocopa el domingo, pero anoche, en la Eurocopa en la que se jugaban nuestros cuartos, Alemania también perdió y el biscotto (el amaño) fue entre Rajoy y Monti, con Hollande de árbitro. Lo ocurrido en el Consejo de Europa confirma que el directorio Merkozy, que amenazaba con gobernar Europa sin voz ni voto para los demás, ya es historia, menos de dos meses después de la derrota de Sarkozy. Y por tanto que si Francia, España e Italia (170 millones de habitantes y una economía que casi duplica a la locomotora alemana) se ponen de acuerdo, para felicidad de Obama y aunque solo sea porque la soga aprieta, a Merkel no le quedará otra que ser ella quien saque a Alemania del euro y por tanto de la Unión Europea.

Una vez más a Rajoy le ha salido bien la política del avestruz

Toda la argumentación de Mariano Rajoy para no llamar al rescate rescate, sino prácticamente crédito blando a precio de amigo, se basaba en dos supuestos: el montante del rescate no engordará la deuda soberana española, que al inicio de la crisis estaba en ratios mejores que Alemania, pero que en los últimos cinco años se ha convertido en la gran soga que amenaza con acabar de ahogarnos; y en segundo lugar que las condiciones que Europa pondría a cambio de los 100.000 millones afectarían solo a la reordenación de nuestro sistema bancario, por ser solo ayudas a la banca, y en nada a nuestra vida diaria (IVA, pensiones, salarios...).

El primer argumento quedó medio apuntalado anoche. Cuando se anunció el rescate, Rajoy negó en varias ocasiones, a preguntas y repreguntas de los periodistas, que el crédito fuera a pasar por el FROB y, por tanto, a aumentar la deuda de España. Lo hizo incluso contradiciendo a De Guindos, que entonces decía la verdad, porque así se había pactado con Alemania. Pero el tiempo de ha dado la razón a Mariano, a quien una vez más le ha salido bien la política del avestruz. Ahora solo falta confirmar que lo acordado por el Consejo Europeo se plasme en un papel, y saber quién mandará en ese nuevo BCE con mando en plaza, y cómo afectará sus decisiones a la banca española y, por tanto, a sus ahorradores.

El segundo argumento (este arreglo no obligará a más recortes) probablemente se volatilizará en las próximas semanas, con la inminente subida del IVA y con el resto de nuevas medidas de ajuste que el propio Rajoy ya ha avanzado que serán duras.

Pero de momento Mariano se podrá ir el domingo al fútbol, esta vez sí con los deberes hechos. Y el domingo no habrá biscotto.

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