La ciudad californiana de Stockton se acoge a una bancarrota histórica

victoria toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

ECONOMÍA

Un juez decidirá si la situación es fruto de la corrupción

28 jun 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Stockton es una ciudad del centro de California con cerca de 300.000 habitantes. Tiene un puerto fluvial y está situada en medio de la zona agrícola del gran estado de la costa oeste, y está habitada sobre todo por clase trabajadora. Desde ayer, es también la mayor urbe estadounidense que se ha declarado nunca en bancarrota.

La quiebra de Stockton es histórica, y un buen número de otras localidades que también están en una situación económica desesperada mirarán atentas a lo que ocurra allí a partir de ahora, antes de decidir qué hacer.

Son varias las razones que han llevado a Stockton al agujero actual. La ciudad puso en marcha en la mitad de la década pasada un ambicioso proyecto de remodelación: un nuevo paseo marítimo, un gran hotel, un puerto deportivo y un complejo de instalaciones recreativas que pretendían cambiar su futuro. Además, el Ayuntamiento otorgó a los trabajadores municipales generosos beneficios salariales y de cobertura médica.

La burbuja inmobiliaria

Parecía que el Gobierno municipal iba a poder con todo porque estaba disfrutando de abundantes ingresos impositivos debido al bum inmobiliario. Pero cuando estalló la burbuja en el 2008, la Administración local y los ciudadanos comenzaron a sufrir sus consecuencias.

Para la primera, el crac supuso un drástico recorte de ingresos por impuestos, sobre todo los que gravan la propiedad. Para los segundos, comenzaron las ejecuciones hipotecarias que convertirían a Stockton en la segunda ciudad del país con el índice de embargos más elevado.

Lo primero que hizo el Ayuntamiento, que ahora dirige la alcaldesa demócrata Ann Johnson, fue reducir el número de funcionarios y empleados municipales. Un recorte del 25 % en la policía, del 30 % en el cuerpo de bomberos y del 40 % en el resto de departamentos. La disminución de la protección de los ciudadanos, unida a los problemas económicos de la población -Stockton tiene un paro del 15 %, casi el doble que la media del país-, provocó un alarmante aumento de la delincuencia que puso a la ciudad a la cabeza del ránking de urbes con peor calidad de vida que elabora la revista Forbes.

Ahora será un juez el que tome todas las decisiones sobre las deudas municipales. Mientras tanto, las autoridades investigan si la catástrofe financiera de Stockton es producto de la miopía de las autoridades locales o de la corrupción.