El presidente del Santander, Emilio Botín, se mostró ayer interesado en NCG Banco y Catalunya Caixa. Al referirse a ambas entidades, aseguró que se trata de dos «muy buenas franquicias, muy potentes en sus comunidades de origen». Por ello, el banco que preside «estudiará con todo detalle» las operaciones de venta diseñadas para propiciar la salida -total o parcial- del FROB del capital.
En cualquier caso, Botín quiso dejar claro que el Santander no tiene la necesidad de adquirir ninguna de las dos porque está «contento» con su cuota de mercado en España (del 12 %). «No somos una casa de misericordia», remarcó, para explicar inmediatamente después que el Grupo Santander tiene 3,5 millones de accionistas a los que se les reparten dividendos no precisamente por los resultados que se obtienen en España, sino gracias a que se trata de un banco global con presencia en diez países.
Preguntado por la situación por la que atraviesa la economía, aseguró: «Lo estamos pasando mal, muy mal, el año 2012 es un año muy difícil, pero veo el inicio de una mejora clara a partir del 2013 y, desde luego, en el 2014». En su opinión, el Gobierno «está tomando las medidas que tiene que tomar». «Todos, a todos los niveles en este país, tenemos que ajustarnos en todos los sentidos», remarcó