La OCDE pide «la madre de todos los cortafuegos» para España e Italia

La Voz

ECONOMÍA

Apuestan por levantar un muro de protección de un billón de euros

27 mar 2012 . Actualizado a las 21:57 h.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) urgió ayer a la zona euro a encarar cuanto antes los problemas pendientes para desactivar definitivamente la crisis de la deuda. El secretario general del organismo, Ángel Gurría, reclamó a los miembros de la moneda única que pongan en marcha «la madre de todos los cortafuegos» para que los mercados queden realmente impresionados y se blinde la tranquilidad de España e Italia. El exministro de Finanzas mexicano apostó por levantar un muro de protección de un billón de euros, una cifra que el club europeo no parece dispuesto suscribir en su crucial cita de este fin de semana.

Gurría, cabeza visible de la organización que agrupa a los 34 países más desarrollados del mundo, se desplazó hasta Bruselas para presentar un informe sobre la situación económica de la Eurozona. En su comparecencia, el dirigente azteca insistió en que el bloque «no está fuera de peligro» pese a que en los últimos meses las tensiones en los parqués se han relajado.

Con este diagnóstico sobre la mesa, destacó la necesidad de desplegar un cortafuegos apropiado para rematar los esfuerzos realizados hasta ahora. «No se trata de cuánto dinero se va a gastar, sino de decir a los mercados que se va respaldar a los países que hacen los deberes», remarcó en referencia a España e Italia.

El secretario general de la OCDE precisó que la muralla financiera debería alcanzar el billón de euros. A su juicio, esta cantidad resulta necesaria para hablar a los mercados con su «lenguaje» e impresionarles. «Es como decirles: no se metan con mis hijos», resumió en un tono campechano.

Aunque no se refirió expresamente a España e Italia, también justificó el montante por los vencimientos de deuda previstos en el próximo año.

En su informe, el también conocido como club de los países ricos recuerda que la confianza de los inversores en los socios del euro es todavía «frágil».

Los miembros de la moneda única se reúnen este fin de semana en Copenhague para intentar cerrar la ampliación del cortafuegos. Tras muchos meses de negociaciones, Alemania, el principal contribuyente del mecanismo, ha cedido y apoyará su refuerzo. Los socios deberán elegir entre un menú de opciones elaborado por la Comisión que contempla fusionar los dos fondos de rescate -el actual y el permanente- para garantizar la tranquilidad del bloque. En función del sistema elegido, el muro de protección alcanzará los 940.000 millones o rondará los 700.000. Al parecer, Berlín defiende el montante más modesto, mientras que el Ejecutivo comunitario reclama no quedarse cortos.

Función disuasoria

Aunque su función es ante todo disuasoria, el cortafuegos está diseñado para garantizar la financiación de España e Italia en caso de que los mercados les asfixien. Con este riesgo todavía sobrevolando Europa, Gurría resucitó el debate sobre la implicación del BCE en la defensa de los socios más agobiados. «Con todo el respeto, creo que una intervención más directa de la entidad en los mercados de bonos es algo que no hemos explorado plenamente», indicó. El dirigente de la OCDE recordó que el «poder» del supervisor del euro, que inyectó un billón de euros en los parqués, fue el factor decisivo para que la situación se calmara.

En el otro debate que domina el día a día en Bruselas, el pulso entre apostar por el crecimiento o la austeridad, la OCDE se alineó con las tesis de la Comisión. La organización resaltó en su diagnóstico que España e Italia no tienen más remedio que respetar los objetivos de déficit y avanzar con paso firme con las reformas estructurales. Gurría, que se encontró con Mariano Rajoy después de que anunciara unilateralmente la revisión del límite de gasto, se mostró convencido de que el Gobierno alcanzará la nueva meta del 5,3%. El responsable mexicano recordó el importante desfase heredado y abogó por una «cirugía fina» en los Presupuestos.

El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, también subrayó ayer la importancia de que al Gobierno de Rajoy no le tiemble el pulso con los cambios de calado, especialmente los enfocados a combatir el desempleo juvenil. «Creo que particularmente en España, al igual que en otros países del sur de Europa, las reformas estructurales serán fundamentales», aseguró. En cuanto a la eterna cuestión de si la crisis puede acabar desmembrando la zona euro, Juncker dejó claro que sería el fin.

«Somos 17. Si un miembro quiere irse o tiene que abandonar porque hace mejor tiempo fuera que dentro, entonces perdemos el proyecto», señaló.