Los jeques árabes auxilian al Inem

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

XOÁN A. SOLER

La aerolínea Emirates oferta en Galicia cientos de empleos

25 mar 2012 . Actualizado a las 10:23 h.

En tiempos de tribulación y zozobra, en los que jóvenes pueblan las colas del paro, en los que se habla de cierres y despidos, una jornada de puertas abiertas para ofrecer empleo estable y bien remunerado es un hecho tan insólito que lo convierte en noticia. Ocurrió ayer en Santiago. La aerolínea Emirates, unas de las compañías más pujantes del mundo, patrocinadora de los clubes más granados de fútbol, paradigma del exorbitante lujo que generan los petrodólares, desembarcó en el Hostal dos Reis Católicos a la caza de personal de cabina.

Oferta en España cuatro mil puestos para cubrir las rutas que enlazan la Península con Dubái. Los requisitos: buen nivel de inglés, estudios mínimos de bachillerato, no tener tatuajes visibles y alcanzar con los brazos extendidos una altura de 2,12 centímetros.

En este país, que presume de tener una de las generaciones más y mejor formadas, hay miles de jóvenes, parados y sin esperanza de recolocarse, que cumplen con las condiciones. Desde primera hora de la mañana, decenas de ellos, vestidos como si fueran a subirse a un avión, se dieron cita en Santiago para escuchar la charla, presentar su currículos y someterse a una entrevista.

Venían de A Coruña, de Vigo, de Asturias e incluso de Madrid. Entre los aspirantes se encontraba gran parte del personal recientemente despedido por la extinta Spanair. Ana Tosar, gallega de 21 años, estaba ayer en la jornada para lograr en Dubái lo que no puede encontrar en España.

«Muchos de los que estamos aquí venimos bien formados, con nivel de inglés, es una oportunidad magnífica de empezar un futuro y de salir; aquí es que no encontramos nada», decía justo antes de entrar a la conferencia introductoria.

La jornada de puertas abiertas, bautizada por Emirates como Open Day, sirvió para concentrar en pocos metros cuadrados a jóvenes que responden a un mismo perfil y que constituyen el blanco perfecto de una crisis con efectos devastadores en una generación.

Una jornada que deja también una lectura descorazonadora para Galicia y que se resume en la frase más pronunciada ayer en el Hostal: «Yo me voy a Dubái y donde haga falta».