La reforma laboral desata la mayor protesta social desde el 2003

natalia bore MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Los sindicatos calculan en 1,5 millones la participación en toda España

20 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Un millón y medio de personas salieron ayer a la calle en las 57 manifestaciones convocadas en el país contra el «Guantánamo laboral» -una de las consignas más repetidas- que consideran que es la reforma aprobada por el PP. Esa es la cifra estimada por los sindicatos convocantes (UGT y CC.OO.) que, como es habitual, difiere de los cálculos oficiales de la policía, que estiman el seguimiento por debajo del medio millón.

Con el lema «No a la reforma laboral injusta con los trabajadores, ineficaz para la economía e inútil para el empleo», y al margen de la guerra de cifras, lo cierto es que las organizaciones sindicales lograron el mayor respaldo social que se recuerda desde el 2003, cuando el país salió a la calle contra la guerra de Irak.

En Madrid, los convocantes estimaron en medio millón la participación ciudadana, mientras que la Delegación del Gobierno la redujo a 50.000 personas, y la brecha en los cálculos se repitió en el resto de ciudades. Así, por ejemplo, los sindicatos hablaron de casi 450.000 personas en Barcelona, frente a las 30.000 de Interior, y de 140.000 frente a unos 80.000 en Galicia. También en Valencia contabilizaron 80.000 manifestantes, que la policía recortó a 25.000, y otros 100.000 en Andalucía, que quedan en 30.000 si se atiende al cálculo oficial.

En cualquier caso, en Madrid no cabía un alfiler en todo el recorrido de la manifestación, marcado entre las plazas de Neptuno y Sol.

La cabecera «atrapada»

Tanto es así, que la cabecera, en la que iban los secretarios generales de CC.OO. y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, quedó «atrapada» en la marea de ciudadanos que accedían desde las diferentes bocas de metro, impidiéndoles el avance.

La marcha arrancó poco después del mediodía y, pasadas las 12.40, la cabecera aún no había conseguido llegar a Cibeles. Desde UGT incluso se planteó leer el manifiesto antes de llegar al final. «Nos dicen que está todo lleno de gente hasta Sol», explicaban.

También diferente fue el ambiente que se respiraba, con menos gritos, pancartas coloristas y tambores que en otras protestas, en una la marea de banderas rojas salpicada de carteles reivindicativos: «Violencia total, robáis casa y pan», «Recortes a banca y clero» o «Su crisis es estafa, rompe la paz social».

Rechazo y preocupación

Semblantes serios y conversaciones reflexivas sobre los dramáticos recortes traslucían la preocupación ciudadana. Y precisamente por eso, porque el objetivo es «parar» la reforma diseñada por el PP, coreaban a voz en grito sus intenciones: «Uno, dos y tres, y si no nos hacen caso, volveremos otra vez». Habrá más movilizaciones, aunque en el calendario de los sindicatos aún no está la huelga general.