Trasmiras no mira al Pentágono

xosé manoel rodríguez OURENSE / LA VOZ

ECONOMÍA

Escepticismo vecinal en relación al proyecto de aviones no tripulados

19 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En mayo del 2009 se conoció que sobre el pequeño municipio de Trasmiras, una gran planicie en la comarca ourensana de A Limia atravesada por la N-525 y la A-52, estaban puestas todas las miradas de los promotores de un macroproyecto aeronáutico de aviones no tripulados. Las opciones del concello parecían haberse esfumado cuando el Gobierno de Zapatero, ya en funciones, optaba por Huelva para crear allí la base de aviones no tripulados.

Ahora, casi tres años después de conocerse el proyecto, se anuncia que la industria aeronáutica de Estados Unidos apuesta por Trasmiras, y el Pentágono poco menos que ya ve los prototipos surcando los cielos de A Limia.

Quienes no aciertan a ver tanto maná son los vecinos de un municipio que por toda aventura aeronáutica tiene un viejo hangar de avionetas, actualmente almacén para la maquinaria del Concello, y una pista de aterrizaje que desmerece llamarse tal: abono para las plantaciones de patatas que copan la superficie agrícola del contorno, material de obra clasificado por montones -tierra, grava de diferentes calibres, asfalto-, una marquesina de la Diputación de Ourense, báculos de farolas y escombros son los usuarios de la vieja pista.

En una provincia con 116.000 trabajadores en activo y 28.217 parados resulta difícil de asimilar una macroinversión que anuncia 27.000 puestos de trabajo iniciales, entre directos e indirectos, y el doble en los siguientes cinco años.

Por eso en Trasmiras optan por ejercer de gallegos tópicos y aplaudir la iniciativa, aunque desde la incredulidad más manifiesta. A escasos metros de la casa de los padres del alcalde, una señora ilustra el sentimiento vecinal: «E de onde van sacar tantos cartos como din? Se lle deran emprego ao meu neto, que está no paro, e se deixaran de contos, si que estaba ben».

Para Ángel Rodríguez Justo, que regresó de Venezuela y regenta uno de los bares al pie de la N-525, la noticia representa «un gran futuro para el pueblo si se confirma. Se crearían muchos puestos de trabajo y vendría mucha gente para aquí. Ojalá sea así», opinión que comparte José Luis Álvarez, para quien «o pobo xa pouco ten do que foi. Non hai nin vacas, antes había unhas duascentas xugadas e agora hai catro vacas en todo o concello».

Metidos de lleno en pleno entroido -y a escasos kilómetros de los vértices del triángulo mágico ourensano- algunos habitantes de Trasmiras se lo toman con humor y aseguran estar esperando por los aviones no tripulados mientras disfrutan del sol en la terraza de un bar.