España presionará a Bruselas para ampliar el plazo para bajar el déficit

m. j. alegre MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

Está en juego un ajuste adicional que puede llegar a los 40.000 millones

19 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El Gobierno de Mariano Rajoy tiene la vista puesta en el 23 de febrero. La presentación de los Presupuestos depende de lo que ocurra ese día en el ámbito comunitario. Está en juego un ajuste adicional que puede llegar a los 40.000 millones de euros en un año, y que se reflejará en el recorte de gasto social y en las transferencias a las autonomías para similares fines.

La agenda de actividades de la Comisión da cuenta de que, ante la profundización de la crisis, el Ejecutivo comunitario publicará el 23-F unas previsiones económicas ampliadas, por las que «se actualizan las perspectivas de crecimiento, inflación y saldo presupuestario de las Administraciones públicas en el 2012 para los 27 Estados miembros». En noviembre pasado, Bruselas ya rebajó su estimación de aumento de la actividad en España para este año hasta el 0,7 %. Ahora se da como segura una corrección a la baja, porque el Fondo Monetario Internacional ha previsto una caída del 1,7 % del producto interior bruto (PIB), y el Banco de España la ha cifrado en el 1,5 %. En estas circunstancias, el Gobierno de Rajoy se ha marcado el 23 de febrero como referente. Cuando se hagan oficiales las proyecciones negativas, que confirmen la nueva etapa de recesión, ¿tendría sentido exigirle a España una drástica reducción del déficit desde el entorno del 8 % del PIB hasta el 4,4 %?

En la confianza de que este requerimiento se relaje, el Gabinete popular ha soportado todo tipo de presiones y se ha resistido a presentar un proyecto de cuentas públicas hasta semanas después de ese momento decisivo. La propuesta de techo de gasto irá al Congreso en los primeros días de marzo, y a lo largo de ese mes se acoplarán los ingresos previsibles a los desembolsos imprescindibles.

Si Bruselas se mostrara intransigente, al Gobierno del PP le quedarían muy pocas bazas. En momentos de recesión económica, ni una subida del IVA ni el incremento de los impuestos especiales se traducen en un aumento de la recaudación a corto plazo. El Gobierno busca apoyarse en las nuevas proyecciones económicas bajistas para modular el sacrificio. En aras de esta concesión ha acelerado la presentación de las reformas -estabilidad presupuestaria, mercado laboral, sistema financiero- y se cree merecedor de comprensión.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, será el encargado de dar la cara por España en el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas. Aunque el diseño del presupuesto corresponde al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, a De Guindos lo designaron por su capacidad de interlocución en el mundo anglosajón, que pesó más que el hecho de que trabajase en Lehman Brothers cuando quebró.