A corto plazo, menos actores y menos crédito

La Voz

ECONOMÍA

03 feb 2012 . Actualizado a las 13:18 h.

La reforma no facilitará a corto plazo que vuelva a fluir el crédito, según el dictamen de los expertos, algo que choca con el propósito del Gobierno. Sí facilitará una bajada en el precio de la vivienda y una reducción significativa del número de operadores financieros.

¿Por qué no funcionaron las reformas anteriores?

Un año después del decretazo de Elena Salgado, el que obligó a las cajas a convertirse en bancos, el principal objetivo no se ha cumplido: no ha fluido el crédito y el sector no está más fuerte que a inicios del 2011. «Probablemente, si no se hubiera hecho, la situación sería peor, el fin era razonable, pero no ha surtido efecto porque la economía se ha deteriorado mucho», explica Santiago Carbó, Director de Estudios Financieros de la Fundación de las Cajas de Ahorros. «Aquel decreto resolvió parte de los problemas, pero no todos», agrega Pablo Moro, director de la agencia de valores Solventis.

¿Permitirá el plan del PP reactivar el crédito?

No. Para que vuelva a fluir el crédito «una reforma financiera es necesaria, pero no es suficiente. Adicionalmente, debemos reducir niveles de apalancamiento y conseguir que nuestra economía crezca», apostilla Moro, que calcula que hasta el 2015 no volverá a fluir el dinero desde la banca: «Los españoles y nuestro tejido empresarial estamos fuertemente endeudados y hasta que no bajemos nuestro nivel de endeudamiento no volverá a fluir el crédito». «Tener un sistema financiero sólido y solvente es imprescindible para que a partir del 2014 la economía pueda crecer», estima Roberto Ruiz, de UBS.

¿Qué consecuencias tendrá sobre el empleo en el sector financiero?

Habrá más salidas de personal por las nuevas fusiones, que conllevarán cierres de oficinas y reducción de servicios centrales. Solo entre el 2008 y el 2011 las cajas redujeron plantilla en 16.985 empleados (un 12 % del total) y clausuraron casi 3.900 sucursales.

¿Garantiza la libre competencia que haya menos operadores?

Está por ver. Hay un riesgo de que la reducción del número de operadores aumente, consecuentemente, la exclusión financiera, y lleve a un oligopolio que marque precios en créditos o depósitos. «La experiencia en otros países, como Francia o el Reino Unido, nos dice que, con un buen control del supervisor, no tiene por qué pasar eso», apuntala Roberto Ruiz. Su banco, UBS, estima que en apenas un año pueden quedar entre 8 y 10 grandes operadores.

¿Y afectará a la obra social de las cajas?

Sin duda. Porque las cajas quedarán aún más diluidas en los nuevos bancos que surjan, y por lo tanto, tendrán menos fondos para la obra social. «Nos arrepentiremos pronto de esa decisión de acabar con las cajas», remata José María Martínez, responsable de banca de CC.OO.

ANÁLISIS LAS CONSECUENCIAS DEL DECRETO