Frenar la sangría del fútbol

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Si los clubes pagaran su deuda, el Estado ingresaría 700 millones.

18 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En la España de los cinco millones de parados, los clubes de fútbol profesionales deben a la Agencia Tributaria alrededor de setecientos millones de euros (más de 116.000 millones de pesetas). Mientras el Gobierno se muestra implacable incluso a la hora de plantearse recortes en asuntos de máxima sensibilidad, como la sanidad y la educación, titubea con el mundo de la pelota, en el que no se atreve, no ya a poner orden y concierto, sino siquiera a la rigurosa aplicación de la ley. Los últimos datos sobre la deuda global de los clubes apuntan a 4.000 millones de euros, una bomba a punto de estallar.

¿Cómo es posible deber tanto dinero a Hacienda?

Fuentes de la Agencia Tributaria consideran que cumplen escrupulosamente la ley y que al fútbol se le trata como a los demás, es decir, «por el libro». Explican las grandes deudas porque «los contratos de los futbolistas son muy elevados y eso significa que generan impuestos muy altos. En solo un año, las deudas se disparan». Pero desde Hacienda solo explican lo obvio. No cuentan cómo es posible que se produzcan casos como el del Atlético de Madrid. La entidad madrileña acumula ella sola un débito de más de 200 millones con el Estado. Cuando podría pensarse que las ventas de jugadores como el Kun Agüero por 45 millones podría ir destinada íntegramente a pagar lo que se debe, nos encontramos con que ficha al portugués Falcão por prácticamente la misma cantidad de dinero. ¿Cómo puede el Atlético, con 35.000 millones de pesetas de deuda con el fisco hacer uno de los fichajes más caros del planeta?

Derrotas en los juzgados y tardanza en el cobro

La Agencia Tributaria sostiene que luchan hasta por el último céntimo que les adeudan los clubes. Ponen como prueba de ello la cantidad de expedientes abiertos y de actas pendientes de resoluciones judiciales. Aunque apenas se facilitan datos sobre el asunto, sí que ha trascendido que son muchos los millones que el fisco dejó de ingresar en España de los clubes de fútbol fruto de prescripciones o defectos de forma.

Dado el secretismo que rodea a todas estas cuestiones, los ciudadanos se quedan sin saber cuántos millones se han ido al limbo por la impericia, negligencia o dejadez de los responsables de la Agencia Tributaria. Hacienda dice que no existe secretismo, sino que la ley impide que se facilite información sobre los débitos de los contribuyentes, «lo que incluye a los clubes de fútbol». Siendo cierto, no lo es menos que tal normativa ha beneficiado a los clubes y a la propia Administración, que amparados en esta especie de ley del silencio se mueven lejos del ojo público y no tienen que dar explicaciones sobre las cuantiosas pérdidas que sufre el Estado, ni sobre por qué se tarda tanto en cobrar los 700 millones que se adeudan a las arcas públicas.

Otras ayudas públicas

Pero la sangría del fútbol al Estado es más difícil de cuantificar por la variedad de formas en las que los clubes han logrado ayudas. Así, tenemos el país lleno de clubes a los que los ayuntamientos han cedido gratis sus estadios. Igualmente, se han producido pelotazos urbanísticos de primera magnitud. Los bancos (cajas, principalmente, inducidas por el poder político) han concedido créditos multimillonarios (el Valencia recibió 240 millones de Bancaja) que jamás hubieran dado de no ser por cuestiones políticas. Y por no hablar de contratos generosos de las televisiones autonómicas, patrocinios, subvenciones, avales y demás acuerdos.

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