Novagalicia se hace valer

s. vázquez, r. santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El banco quiere preservar su independencia ante la nueva ola de fusiones

12 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Un euro. Ese puede ser el precio de algunas de las entidades financieras del país. ¿Y por qué no, teniendo en cuenta que ese es el importe que abonó el Sabadell por la CAM, con un saneamiento previo de más de 5.000 millones, y con una especie de seguro frente al 80 % de pérdidas que puedan aparecer? La consigna es cuanto menos y más grandes, mejor. Llega la tercera oleada de fusiones. Y de nuevo la disculpa es la falta de crédito en el mercado.

¿Por qué no hay crédito?

La explicación oficial es la falta de confianza que tienen las entidades entre sí. Unas no se prestan a otras porque no se fían de que sus balances reflejen la realidad. Las más perjudicadas son las cajas intervenidas o nacionalizadas, aunque el problema que está estrangulando la economía española, por lógica, no puede ser de la situación de cuatro entidades medianas y no sistémicas. Es decir, las grandes corporaciones se ven afectadas.

¿Qué ocurre en realidad?

Este Gobierno, como el anterior, cree que las fusiones aliviarán la falta de crédito. No es la explicación real. Lo que en verdad ocurre es que si 4 o 5 bancos se reparten el mercado, operarán en régimen de oligopolio y ganarán mucho dinero. Serán ellos los que pongan las normas y marcarán precios. Y en ese momento, y a medida que se desprendan de hipotecas y suelos basura -lo que harán poco a poco con titulizaciones que venderán al exterior, por ejemplo- se espera que el crédito fluya.

¿Cuánto activo tóxico hay en las entidades?

Se calcula que entre 50.000 y 70.000 millones solo en suelo sin edificar. Entre 170.000 y 200.000 incluyendo el crédito promotor. Novagalicia concentra el 7?%, aproximadamente, de todo ese riesgo.

¿Habrá banco malo?

No. El Gobierno lo descartó porque el déficit se dispararía. Antes lo habían desechado los grandes bancos, que no quieren que se les confunda con «lo peor de lo peor» o entidades similares, pese a tener una cartera de activos tóxicos importante. Rajoy apostará por dar más protagonismo al Fondo de Garantía de Depósitos, para respaldar posibles quebrantos.

Si no se dan opciones a los bancos medianos, ¿qué sucederá?

El poder financiero se concentrará en cinco o cuatro grandes grupos con sede en Madrid. Podría sobrevivir alguna alianza por el peso territorial de la comunidad en la que nació como las cajas vascas, que además tiene una alta solvencia.

¿Qué papel juega Novagalicia Banco?

Tiene un papel fundamental en la reestructuración. La gran banca se la quiere comer por su posición dominante en el mercado gallego (42?% del negocio), una cuota que no ha logrado ninguna entidad en un solo territorio. Novagalicia tiene un proyecto propio de capitalización, y la promesa del Gobierno de darle plazo hasta septiembre para cumplirlo. La entidad quiere desarrollar su plan en solitario o consolidando a otras entidades, pero manteniendo la posición de dominio. Desde la fusión de las cajas, Galicia reclamó mantenerse en el mapa financiero y no entregar su principal entidad a precios de saldo a grupos como BBVA, Santander o La Caixa. Ese sigue siendo el peligro real en este momento. Otras posibilidades serían su unión con Liberbank (Cajastur), operación que no veía mal Rajoy hace un año. O con BMN (Caja Murcia), con la que apenas hay solapamiento.

¿Las integraciones serán voluntarias?

No. Con un decreto ley, el Gobierno puede obligar a hacer movimientos. Uno que se espera es el de Bankia. El socio del que más se habla es La Caixa. Fuentes del mercado explican que si la CAM era lo peor de lo peor, Bancaja (hoy en Bankia, y de la misma comunidad que aquella) no debía ser menos.

¿Quién busca las integraciones?

BBVA y Santander querían acabar con el modelo de cajas. Las penalizaba en el exterior porque, decían en privado, «nadie entiende ese modelo fuera». En ese momento, hace ya un par de años, las cajas acaparaban la cuota de mercado. En la actualidad la siguen manteniendo. A octubre del 2011, los bancos procedentes de cajas tenían un 48,6?% del negocio, y la banca privada, el 45,8. Se mantiene la distancia pese a todo el ruido provocado.

¿Y qué está haciendo el presidente Feijoo?

Por ahora, se ha puesto de perfil, sin mover ficha. No parece lógico que Rajoy vaya en contra de un proyecto que promovió Feijoo. Si lo contraviene, está por ver si se enfrenta como lo hizo contra el PSOE por mantener un sistema financiero en Galicia.