La obra pública y civil se reactiva lejos de casa

La Voz

ECONOMÍA

11 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Pese al cambio de fisonomía, las compañías no han abandonado del todo su origen. Desde el 2005 hasta hoy las actividades de construcción (obra pública y civil) han perdido peso en la cifra de negocios de las grandes del sector, sobre todo en las más expuestas por entonces, como OHL o Sacyr. Solo ACS, con la compra de Hochtief, marca la excepción. Con esa operación, el grupo de Florentino Pérez ha aumentado a un tercio el porcentaje de la división de construcción en sus ventas. En FCC, OHL y Sacyr ese porcentaje está ya por debajo del 25 %; en Ferrovial, en el 10 %.

La obra civil y el ladrillo siguen dando dividendos, pero cada año vienen más del exterior. La cartera de construcción internacional de ACS supone casi el 80 % del total; la de Sacyr alcanza el 75 %, y casi el 70 % en los casos de Ferrovial y OHL. ACS es la líder europea del sector, el resto están entre las veinte primeras. Todavía hay mercado en el Viejo Continente, señaladamente Polonia gracias a los fondos comunitarios, donde Ferrovial participa en Budimex. Pero en Europa la inversión pública ha caído a niveles de hace 30 años, y el campo de juego está embarrado.

«Superamos el ciclo en el que la construcción tiraba de la economía; ahora estamos en otro en que va por detrás, y lo que el sector espera son signos de estabilización, que los Gobiernos puedan liberar los presupuestos de la presión de la deuda», señala Josep Fontana, director de prospectiva del Institut de Tecnología de la Construcció de Catalunya. «La política de control del déficit afectará especialmente a la obra civil. Las licitaciones, por volumen, son lo que más pesa en la cifra de negocio, y los resultados de las divisiones de servicios no compensan la caída, así que ahora también toca salir de Europa», dice María Romero, de Analistas Financieros.

Mucho por hacer

Los años dorados del ladrillo y las infraestructuras quedan muy atrás, el camino de vuelta a casa se borra. Para Fontana, «a unos años vista volverá a haber oportunidades en la rehabilitación, una actividad que no crea stock; tenemos nuevos deberes». Para Romero, «hay mucho por hacer, no todo se termina con el tren, quedan las infraestructuras de mercancías, las marítimas o las vinculadas al turismo? pero a medio plazo».