La gran banca quiere toda la tarta

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Busca quedarse con el negocio en España, que pasarían a manejar unas 10 entidades

27 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los presidentes de las grandes instituciones financieras están moviendo ficha. Saben que el nuevo Gobierno tiene que reestructurar el sector (lo que no va a ocurrir antes de enero) si se pretende que el crédito vuelva a fluir a corto plazo, algo vital para la economía española. Los gigantes bancarios han aportado ya su propia solución: repartirse el mercado y quedarse en subasta o a precio de saldo con las entidades más tocadas. Si el Ejecutivo de Mariano Rajoy optase por esta vía, en España quedarán menos de diez entidades. Todo pasa por la constitución de un banco malo.

Activos problemáticos

¿Qué es un banco malo? El atragantamiento de los activos tóxicos procedentes del ladrillo y las exigencias de capital han provocado una crisis sin precedentes. El futuro presidente del Gobierno, sopesa la creación de un banco malo, donde se depositarían esos activos problemáticos.

Salidas

¿Qué opciones tiene Rajoy? Dos. Primera: usar ese banco malo para que las entidades con graves problemas depositen allí estos activos y, una vez saneadas, serían digeridas por las entidades teóricamente más solventes. Segunda: el banco malo se haría cargo de los activos tóxicos, poniendo a salvaguarda las instituciones saneadas, que desarrollarían sus proyectos.

Mejor vía

¿Cuál será la opción elegida?

La primera generaría un oligopolio. Se repartirían en mercado, donde marcarían el precio de sus servicios, y la obtención de beneficios sería más fácil. La segunda daría lugar a mayor competencia, lo que redundaría en beneficio de los consumidores, tanto empresas como familias. Las entidades estarían mucho más apegadas al territorio y no tan «preocupadas» de los problemas de las grandes capitales, como Madrid y Barcelona, donde la mayoría tendrían sus sedes. La primera opción la defiende la gran banca, representada por Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca. Hace unos días manifestó que el dinero público tiene que servir para «ayudar a reestructurarse al conjunto del sistema» y a generar «nuevas unidades de negocio». Lo que en román paladino significa comprar barato e integrar en las superestructuras bancarias.

La segunda opción la defienden entidades que tuvieron sus raíces en las antiguas cajas. Es el posicionamiento de parte de los miembros de la CECA. Hoy esta confederación la preside Isidro Fainé, que a su vez es el principal representante de La Caixa catalana. Estaría por ver si su opinión no estaría más en línea con la del BBVA y el Santander.

Fuertes

¿Cuáles se consideran entidades fuertes en el sistema? BBVA, Santander, La Caixa, Kutxabank, Unicaja, Ibercaja, Sabadell y Popular.

Débiles

¿Y las menos fuertes? Catalunya Caixa y Unimm, a las que habría que sumar las que ahora están pendientes de adjudicación: la CAM y el Banco de Valencia. No obstante, se insiste en el cambio positivo en la gestión de Catalunya Caixa.

Galicia

¿En qué grupo estaría Novagalicia Banco? Los analistas recuerdan que es una institución que ha recibido ayudas públicas. Precisan al mismo tiempo que tiene un proyecto propio, y en todo el sector se han levantado grandes expectativas por saber si José María Castellano es capaz de encontrar inversores tanto nacionales como internacionales. Sería la primera vez desde que comenzó la crisis que entraría dinero en España. Ya hay empresarios gallegos dispuestos a entrar en diciembre en el proyecto; en marzo se trabaja con la entrada de capital mexicano. No obstante, en el dibujo que los grandes hacen del mapa financiero español, Novagalicia es una gran pieza a capturar. Entre los interesados, La Caixa catalana.

Reestructuración

¿Qué pasaría con Bankia? La entidad que preside Rodrigo Rato vuelve a ser clave en la reestructuración del sistema financiero nacional. Algunos expertos consideran que si se crea un banco malo, Bankia podría deshacerse de sus activos tóxicos y, posteriormente, adjudicársela a uno de los grandes bancos. El que mejor posicionado estaría sería el BBVA. En el SIP de Bankia se encuentra también Bancaja, que como la CAM, sufrió los efectos del ladrillazo. «Que Bankia haya dejado caer al Banco de Valencia es sintomático. Un grupo fuerte no dejaría que eso ocurriese», explican en el sector.

Débiles

¿En este proceso el Banco de España tendría algo que decir? Sí. No obstante el cien por ciento de las decisiones a adoptar son políticas. Con el nuevo Gobierno de Rajoy es más que probable que haya cambios sustanciales en el Banco de España. Su gobernador, Fernández Ordóñez, cumple mandato en julio y, aunque no repetirá en el cargo, sus opiniones serán importantes, ya que estos meses son vitales en una economía con el crédito estrangulado.