La agencia Fitch exige al PP que «sorprenda» al mercado con reformas y recortes fiscales

EFE

ECONOMÍA

Considera que el próximo Gobierno «necesita legislar medidas adicionales para cumplir los objetivos de déficit contenidos en el Programa de Estabilidad del país».

22 nov 2011 . Actualizado a las 15:22 h.

El Partido Popular debe aprovechar la arrolladora victoria del domingo para lanzar «una reforma estructural y fiscal ambiciosa y radical» que sorprenda positivamente a los mercados, según afirma hoy la agencia Fitch.

Esta agencia de calificación, que el pasado 7 de octubre bajó la calificación de España de AA+ a AA-, mantiene la perspectiva negativa para el país.

No obstante, advierte que la nota podría empeorar si no se cumplen los objetivos de déficit, si empeoran las perspectivas de crecimiento o se disparan los costes de la recapitalización de la banca.

En un comunicado difundido hoy, Fitch Ratings reitera que el próximo Gobierno del Partido Popular, que tendrá una mayoría absoluta en el Congreso, «necesita legislar medidas adicionales para cumplir los objetivos de déficit contenidos en el Programa de Estabilidad del país», que es el 6 % del PIB.

Para la agencia, el PP debe aprovechar el extraordinario apoyo de las urnas como una «ventana de oportunidad» para impulsar las reformas.

«Si quiere mejorar las expectativas de los mercados sobre su capacidad para impulsar el crecimiento y reducir la deuda dentro de los límites de la eurozona, debe sorprender positivamente a los inversores con un programa de reformas fiscales y estructurales ambicioso y radical», señala la calificadora.

España, recuerda la agencia, «tiene un compromiso con la disciplina fiscal, así como un sólida demostración de medidas recientes adoptadas para cumplir sus objetivos fiscales».

La deuda publica en España alcanzará este año el 72 % del PIB, una cifra que se mantendrá estable pese al encarecimiento de las ultimas subastas.

La agencia no oculta que existen riesgos que ponen en peligro las perspectivas españolas, debido a la intensificación de la crisis de la deuda europea, a la subida de su propia prima de riesgo, y al recorte de las previsiones de crecimiento.