La UE trata de blindar sus bancos con 100.000 millones de euros

iñaki castro BRUSELAS / COLPISA

ECONOMÍA

Exigirá a las grandes entidades un «core capital» mínimo del 9 % frente al 5 % actual

23 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los ministros de Economía de los Veintisiete pactaron anoche las líneas maestras de la recapitalización de la banca diseñada para disipar las dudas en el sector y tranquilizar a los mercados. Las principales entidades financieras del continente tendrán que fortalecer sus cuentas con 100.000 millones de euros. Aunque los detalles no están cerrados, la decisión podría afectar a las cinco grandes españolas: Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Popular.

El acuerdo se logró sobre la base de los test de estrés del pasado julio, muy criticados porque solo suspendieron ocho entidades (la rescatada Dexia logró el aprobado). Entonces se estableció que los bancos debían contar como mínimo con un 5 % de capital de máxima calidad, que los socios comunitarios elevaron ayer al 9 %.

Ese porcentaje no se cerró completamente porque España, Italia, Portugal y el BCE lo creen excesivo. España reclama que se tengan en cuenta las provisiones genéricas y las obligaciones convertibles a la hora de contabilizar el capital de máxima calidad. Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE adoptarán un pacto final en su cita de hoy en la capital belga.

Con las nuevas exigencias, la UE calcula que el sector financiero necesitará una recapitalización de 100.000 millones. En principio, las entidades que no superen la barrera del 9 % tendrán entre tres y seis meses para buscar el dinero en los mercados. Si les fuera imposible hallarlo, el segundo escalón sería una inyección de fondos a nivel nacional. La financiación comunitaria sería el «último recurso».

La mitad que el FMI

Los 100.000 millones en los que la UE calcula la nueva recapitalización representan la mitad de la cantidad que el FMI estima necesaria para apuntalar a las entidades europeas. Algunos analistas creen que la medida puede provocar una mayor contracción del crédito ante las dificultades para encontrar liquidez. Así lo ha señalado, entre otros, el presidente del Santander, Emilio Botín.