Tres de los cuatro contratos blindados se firmaron entre el 2005 y el 2006

La Voz

ECONOMÍA

17 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Tres de los contratos blindados en NCG con millonarias indemnizaciones fueron firmados entre los años 2005 y 2006. Todos de Caixanova. Julio Fernández Gayoso se los ofreció directamente a los que entonces eran directivos de Caixanova. El de García de Paredes fue firmado en el 2010, ya con la fusión en marcha, y también fue ofrecido por el mismo Gayoso y el entonces director general José Luis Pego. Después de las tensas negociaciones de la fusión y de las dificultades que los equipos procedentes de Caixa Galicia se encontraron para completar la fusión, el «ofrecimiento» a Paredes fue entendido por parte de algunos miembros de esa caja como una «trampa» en la que cayó el ex director adjunto de Caixa Galicia.

Hasta ahora no ha trascendido si en el consejo de hoy se exigirá a José Luis Méndez, quien fue director general de Caixa Galicia, que reintegre parte del dinero recibido tras su salida, o la renuncia a ser consejero, en representación de NCG, en determinadas empresas.

El que fue hombre fuerte de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, viene cobrando una pensión vitalicia desde el 2006, cuando cesó como director general y pasó a ser presidente. Conforme a los documentos remitidos a la CNMV, cobra 66.000 euros al año, a mayores en dietas por asistir a los consejos de Novacaixagalicia, y una cantidad similar como consejero ejecutivo en el Banco Gallego.

Con ratios similares

Caixa Galicia y Caixanova llegaron a la fusión con unas ratios de solvencia muy similares. El core capital de la segunda, que teóricamente capitaneaba la fusión, era del 5,9?%, el más bajo de todas las cajas. Mientras, en la caja con sede en A Coruña era del 6,1. Respecto a la morosidad, la de Caixanova se elevaba al 4,98?%, y en Caixa Galicia era de tres décimas inferior. Y en eficiencia, Caixanova estaba a la cola, con un 92? %. La ratio en Caixa Galicia era de un 76 %, también peor que la media.

Ambas cajas cometieron excesos en el sector del ladrillo. Fueron sonados los estrepitosos errores de Caixa Galicia en las inversiones en Astroc, y las de Caixanova al financiar la macrourbanización del Pocero en Seseña, por la que la entidad fusionada se vio obligada a hacer dotaciones millonarias.