Los pensionistas y funcionarios portugueses que cobran más de mil euros mensuales se quedarán el año que viene sin pagas extra. No recibirán ni la de verano, ni la de Navidad. Además, todos los trabajadores verán aumentada su jornada laboral diaria en media hora y reestructurado su calendario de vacaciones para elevar la productividad.
Son algunos de los nuevos agujeros en el cinturón anunciados ayer por el el primer ministro luso, el conservador Pedro Passos Coelho, quien en una declaración televisada, admitió que cuando llegó al poder en junio pasado no imaginaba «que tuviera que anunciar al país medidas tan severas». Aseguró entender la «frustración» de los ciudadanos, quienes «miran hacia los últimos años y se preguntan cómo ha sido posible acumular tantos errores y excesos». El socialdemócrata acusó al anterior Gobierno del socialista José Sócrates de haber tenido «muchas oportunidades para cambiar el rumbo de Portugal» y limitarse «a encogerse de hombros»
Las medidas, incluidas en Los Presupuestos del 2012, están destinadas, según Coelho, a corregir desvíos presupuestarios que ponen en peligro los compromisos adquiridos con la Unión Europea y el FMI, que prestaron a Portugal 78.000 millones de euros.
Justificó la necesidad de aplicar las medidas extraordinarias -aprobadas ayer en el Consejo de Ministros y que se debatirán en el Parlamento la próxima semana- para evitar la bancarrota del país y las presiones para abandonar la eurozona. La salida del euro «sería inaceptable y no permitiré que ocurra», dijo Coelho, quien acusó al anterior Gobierno socialista de haber gastado hasta junio del 2011 el 70 % de lo presupuestado para este año.
Portugal se ha comprometido ha reducir el déficit hasta colocarlo por debajo del 3 % en cuatro años.
También anunció un aumento de varios tipos de IVA, del intermedio (13 %) hasta el más elevado (23 %), aunque los productos básicos se incluirán en la tasa reducida.