La amenaza de otra recesión mundial arrasa las bolsas y dispara el riesgo

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Las dudas se cebaron en los bancos, cuyas cotizaciones cayeron a plomo

06 sep 2011 . Actualizado a las 09:53 h.

Después de un agosto para olvidar, un principio de septiembre que amenaza con hacer bueno aquello de que «detrás vendrá, quien bueno te hará». En dos sesiones, el Ibex 35 ha perdido casi un 8 % de su valor y la prima de riesgo -el sobrecoste que ha de pagar España para financiarse frente a la fiable Alemania- se ha tragado la mitad de la mejora que fraguó al calor de la protección del BCE y sus compras de bonos de países bajo presión: ayer llegó a los 341 puntos, 29 más que el viernes y muy lejos ya de los 260 de mediados del mes pasado.

Las razones, las mismas que hace un mes: el fantasma de otra recesión, la manifiesta falta de unidad de Europa para afrontar la mayor crisis de la era euro y las muchas dudas que despiertan los bancos, siempre en el centro de la tormenta.

El miedo a una recaída de la economía mundial se encargaron de agitarlo durante el fin de semana voces con tanto peso como las de quienes tienen en sus manos las riendas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. El presidente del primero, Robert Zoellick, habló el sábado de que el mundo se adentra «en una nueva zona de peligro», mientras que la directora gerente del segundo Christine Lagarde fue incluso más allá al alertar del «riesgo de una recesión inminente». Palabras -para algunos, irresponsables-, que pesaron como una losa ayer en las mesas de operaciones. Y eso que el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, intentó templar los ánimos contradiciendo a Lagarde y descartando la recaída.

Con este telón de fondo, y las cotizaciones de los grandes bancos cayendo a plomo -por el temor a que Estados Unidos emprenda medidas legales contra varias entidades por vender deuda hipotecaria tóxica y la sombra de una situación que cada día recuerda más a la que siguió a la caída de Lehman-, el Ibex 35 acabó el día con un batacazo del 4,69 %, el tercero en importancia de este año. El Santander bajó un 5,94 %, y el BBVA, un 5,79 %. Mayores incluso fueron los varapalos que sufrieron otros grandes bancos europeos. Dos ejemplos: el Royal Bank of Scotland cayó un 12,32 % y el Deutsche Bank, un 8,86 %.

Interminable rescate griego

No fueron mucho mejor las cosas en el mercado de deuda, al que se le está atragantando, y de qué manera, un segundo rescate griego que se complica por momentos. A las reticencias de Finlandia y Eslovaquia a participar en él, se suma ahora la incógnita de los efectos que tendrá en la posición alemana la dura derrota sufrida por Merkel en las elecciones regionales de Mecklenburg-Western Pomerania, su feudo político.

Las voces contrarias a socorrer a los griegos se multiplican en Alemania, incluso en el seno de la coalición de Gobierno. La canciller les salió ayer al paso descartando de una forma tajante la posibilidad de que Grecia sea expulsada del euro. «Creo que sería extraordinariamente peligroso para nuestro sistema monetario» y «podría provocar un efecto dominó», dijo.

Y, para embrollar todavía más las cosas, el país heleno acaba de confirmar que no podrá cumplir lo prometido en cuestión de déficit porque no le salen las cuentas del crecimiento. Por si todo fuera poco, en el mercado corre el rumor de que el BCE, que la semana pasada se gastó 13.305 millones de euros en comprar deuda de los países en apuros, podría dar carpetazo al controvertido programa de adquisición de deuda que tantas ampollas ha levantado incluso en el seno de la autoridad monetaria.

Un cóctel letal para el mercado de deuda, donde la rentabilidad de los bonos griegos a dos años llegó ayer a friolera del 50 %, mientras que el tipo de interés de los títulos helenos a diez años escalaba hasta el 20 %. Al bono español al mismo plazo se le pedía un 5,26 % y al italiano, un 5,55 %. Al alemán, apenas un 1,85 %.

El BCE pide celeridad

A la vista de que el incendio cobra otra vez fuerza, el presidente del BCE, Jean Claude Trichet, urgió ayer a los líderes europeos a cumplir lo acordado en la cumbre del 21 de julio. Es «imperioso» que se apliquen las decisiones adoptadas entonces, dijo. Su sucesor, el italiano Mario Dragui, se pronunció a favor de de cambios en los tratados europeos para establecer reglas sobre «disciplina fiscal».

A los bonos griegos a dos años se les exigía ayer una rentabilidad del 50 %

El BCE se gastó la semana pasada 13.300 millones en deuda de países bajo presión