El latido del corazón económico de la eurozona se paraliza

Mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El parón del crecimiento en Alemania y Francia alienta el temor a una nueva recesión. Merkel y Sarkozy dan el primer paso para que la UE tenga un gobierno económico.

17 ago 2011 . Actualizado a las 14:33 h.

Los mercados llevan semanas temblando ante la posibilidad de una recaída de la economía mundial. Pues bien, el fantasma ya ha tomado cuerpo. Antes de tiempo, porque los vaticinios de esa temida pérdida de fuelle se referían a la segunda mitad del año. Y resulta que fue durante la pasada primavera cuando las fuerzas comenzaron a flaquear. No solo en los eslabones más débiles de la cadena (léase Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia), sino también en el corazón mismo de la eurozona. La modélica Alemania creció solo una décima en el segundo trimestre del año. El peor registro desde que el país logró dejar atrás el tramo más amargo de la recesión del 2009. Francia ni siquiera eso. En tierras galas, el PIB no pasó del estancamiento. Prácticamente todo el mundo contaba con que las dos grandes economías del euro moderarían el paso en el segundo trimestre tras los espectaculares resultados cosechados en el primer cuarto del año (un avance del 1,3 % en el caso alemán y del 1 %, en el galo), pero no tanto (los expertos hablaban de un 0,5 y un 0,3 %, respectivamente).

Para el Gobierno de Merkel, sin embargo, las cifras no suponen ninguna sorpresa. Así al menos lo aseguró ayer el ministro de Economía, Philipp Rösler, quien afirmó contundente: «Los números entran dentro de nuestras expectativas». De hecho, el Ejecutivo germano mantiene intacta su previsión de llegar a final de año con un crecimiento del PIB «similar» al logrado en el 2010, cuando Alemania sorprendió al mundo con su poderío: un avance del 3,6 %.

En los despachos germanos achacan el traspié a la crisis de deuda soberana, al terremoto que asoló Japón en marzo pasado y a la debilidad de Estados Unidos. Lógico, una economía que fía su evolución a las exportaciones no puede pretender seguir creciendo a un ritmo endiablado cuando los bolsillos de sus clientes andan hechos unos zorros.

Con su motor económico prácticamente paralizado, el crecimiento de la eurozona se quedó en un más que modesto 0,2 %, lo mismo que avanzó el PIB del conjunto de la Unión Europea.

Reacción de las bolsas

El parón alemán cayó como un jarro de agua fría sobre las bolsas, que cotizaron la noticia como se merecía: con fuertes descensos. Pero, luego llegó Fitch. La agencia de calificación de riesgos decidió mantener a Estados Unidos en el club de los países más seguros del mundo -en cuanto a devolución de deuda se refiere- y alivió la tensión que se respiraba desde primera hora en las mesas de operaciones.

De la gran cita de la jornada, la reunión que celebraron el el Elíseo el presidente francés, Nicolas Sarkozy y la canciller alemana, Angela Merkel, nada había trascendido cuando los mercados europeos cerraron sus puertas. La mayoría lo hicieron con recortes de escasa consideración. Londres, con un ligero avance del 0,13 %, fue la excepción. En el caso del Ibex, la jornada se saldó con un recorte del 0,4%, que puso fin a tres jornadas consecutivas de avances. Todo un alivio si se tiene en cuenta que en los peores momentos de la sesión, con el frenazo germano en pleno apogeo, llegó a caer casi un 2,50 %.

Los inversores tendrán la ocasión de valorar hoy los pasos dados ayer por el eje franco-alemán para atajar la crisis.