Turno ahora para dudar de Francia

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El rumor de una rebaja de la calificación gala devuelve el pánico a las bolsas

11 ago 2011 . Actualizado a las 11:09 h.

Al incendio de la crisis de deuda que asola desde hace meses la eurozona se le multiplican los focos. Tras las caídas de Grecia, Irlanda y Portugal, el asedio se trasladó a España y después a Italia. Protegidas estas por la artillería del Banco Central Europeo (Trichet lleva comprando bonos de ambos países desde primera hora del lunes), los especuladores buscan nuevos territorios de caza. Y ahora parece que han puesto el ojo en Francia, nada más y nada menos que la segunda economía de la Unión Europea. Todo un trofeo.

Bastó la aparición en escena del rumor de que el país podría perder también su matrícula de honor en solvencia (la preciada triple A), como le acaba de ocurrir a Estados Unidos, para desatar el ataque. Y esta vez el escenario elegido fue la bolsa, no la deuda.

Con la embestida se esfumó cualquier posibilidad de que los parqués dieran continuidad a la remontada de la víspera. El pánico regresó a las mesas de operaciones e hizo estragos en los índices.

De nada sirvieron las llamadas a la calma del Gobierno de Sarkozy ni sus aseveraciones sobre la fortaleza de la economía del país. Tampoco que Moody?s, Fitch y Standard & Poor?s, las tres agencias que se reparten el grueso del pastel de las calificaciones, dijeran que no tienen ninguna intención de emplear su temida tijera contra Francia. «Esos rumores son totalmente infundados», insistían desde el Ministerio de Economía galo para intentar frenar la sangría.

Pero el miedo es libre. Y con él campando a sus anchas en los parqués, el giro a la baja de Wall Street tras la recuperación del martes hizo el resto. Al final del día, la metralla de las ventas era más que evidente en todas las plazas bursátiles europeas, y del pretendido bálsamo extendido la víspera por la Reserva Federal con su decisión de mantener los tipos prácticamente en el 0?% hasta el 2013, ni rastro

La española estuvo entre las principales damnificadas. Solo Milán, con un desplome del 6,65 %, la supera. El Ibex se dejó en el camino un 5,49 % y, lo que es peor, dijo adiós a los 8.000 puntos. Ni uno solo de los 35 valores que lo integran se salvó de la quema. Habría que remontarse hasta mayo del 2010 para encontrar un varapalo de ese calibre, y más de dos años, hasta abril del 2009, para ver al índice por debajo de ese listón.

París, origen de la tormenta, acabó con una herida del 5,45 % y las cotizaciones de los principales bancos arrasadas. El sistema financiero francés lleva tiempo bajo sospecha y los resultados de los test de estrés publicados a mediados del mes pasado no consiguieron despejar las dudas. Solo un dato: Société Générale, la tercera entidad del país, llegó a caer un 20 % en los peores momentos de la jornada, cuando se extendió el rumor de que su exposición a Grecia es mayor de la anunciada.

Castigo a BBVA y Santander

En casa, el sector bancario también sufrió de lo lindo. Las acciones del Santander perdieron un 8,33 % del valor que tenían el martes, y las del BBVA, un 7,83 %. En ambos casos, cerraron por debajo del listón de los 6 euros por título.

Leve subida del riesgo español

Un día más, la deuda y la Bolsa siguieron caminos diferentes. Y la primera se mantuvo al margen de la debacle que se cocinaba en la segunda. Las compras de bonos españoles e italianos que desde el lunes está llevando a cabo el Banco Central Europeo han aportado estabilidad al mercado, que ayer dio la espalda al rumor de una posible rebaja en la calificación de Frnacia.

La prima de riesgo española repuntó desde los 275 puntos en los que se movía durante las primeras horas de la mañana, hasta los 284 del cierre (12 más que la víspera), con la rentabilidad del bono a diez años en el 5,03 %.

La huida de los inversores hacia puertos más seguros llevó el rendimiento de los títulos germanos hasta el 2,19 %, su nivel más bajo desde agosto del 2010.