Los tests de estrés no calman a los mercados

Julio Díaz de Alda / Colpisa

ECONOMÍA

El acoso de los especuladores se extiende al resto de países periféricos de la Unión Europea, y el Ibex cae a mínimos del año.

18 jul 2011 . Actualizado a las 22:26 h.

Ganar dinero hundiendo países. Ese parece ser el leit motiv de los muchos especuladores que en los últimos tiempos apuestan contra España y el resto países periféricos, mientras la Unión Europea se pierde en debates y sugerencias -no siempre centradas en la unidad y el bien común- para cerrar un segundo paquete de ayudas a Grecia que logre calmar a los llamados mercados. El embate, justo después de publicarse los tests de estrés de la banca europea, no pudo ser peor. La rentabilidad de los bonos a diez años llegó a marcar el 6,37%, un nivel inédito desde agosto de 1997, antes, incluso, de la entrada en vigor del euro. Eso hizo que la tan temida prima de riesgo (la diferencia entre ese coste y el de los bonos alemanes al mismo plazo) trepara a los 372 puntos básicos.

Todo un varapalo al riesgo país y un muy mal presagio, pues el consenso de los analistas sitúa en el 7% de coste de esos bonos de referencia como el límite sin retorno a partir del cual España podría verse abocada al rescate. El castigo se extendió a los otros sufridores de esta crisis de confianza, con Italia pagando un 6,12% y una prima de riesgo de 341 puntos, también en cotas máximas, y Grecia sumida en el abismo y obligada a afrontar intereses superiores al 18%. Portugal, que ha reconocido un agujero de 2.000 millones en sus cuentas, que se ha comprometido a resolver cuanto antes, se ve forzado a pagar el 12,8% por sus bonos.

El gran problema para España es que, incluso si se alcanzara pronto un acuerdo sobre Grecia, la prima de riesgo se pueda instalar por encima de los 300 puntos. Algo que frenaría en seco la financiación y, por ende, cualquier recuperación de la economía. En el anterior ataque contra el país, hace ahora una semana, la ministra de Economía, Elena Salgado, reconoció que el diferencial con Alemania podría moverse de manera ocasional en el entorno de los 300 puntos básicos, pero nadie quiere pensar que se convierta en norma.

Los problemas no se acaban en el mercado secundario de renta fija. La Bolsa acusó otro severo golpe, que llevó al Ibex 35 a su nivel más bajo en todo el año. El selectivo, que sin embargo sufrió en porcentaje algo menos que otras plazas del Viejo Continente, perdió un 1,44% para cerrar en 9.347 puntos.

En este caso, al tsunami general contra los países periféricos se sumó la resaca de los tests de estrés realizados por la Autoridad Bancaria Europea.

Caixabank se llevó la peor parte, con un descenso próximo al 5%, al que siguieron SacyrVallehermoso y Mapfre (4,4% y 4,1%). Gamesa, Popular y Telecinco cayeron entre un 3% y un 4%. BBVA cerró un 2,33% por debajo del viernes y Santander retrocedió un 1,83%. Telefónica cayó un 1,38%. la CAM, cuyas cuotas participativas llegaron a perder un 8%, terminó con un descenso del 1,3% mientras Pastor limitó el impacto a un 0,17%. No pudieron decir lo mismo los italianos Intesa y Unicredit (con caidas próximas al 7%). Société Générale cayó más de un 5%, y Deutsche Bank, BNP Paribas y Crédit Agricole retrocedieron en el entorno del 3%.

En Europa, pocas novedades. Alemania insistió en su deseo de que la banca privada participe obligatoriamente en el segundo rescate griego. Una posibilidad de la que el Banco Central Europeo (BCE) no quiere ni oír hablar, pues cree que las agencias de calificación no dudarían en calificar la reestructuración de la deuda helena de 'default'. Lo que dejaría al resto de países en problemas a los pies de los caballos.