Lisboa, sentenciada por Europa a 2 años de recesión

mERCEDES mORA REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La UE y el FMI imponen al país duros sacrificios sociales a cambio de los 78.000 millones de su rescate

25 may 2011 . Actualizado a las 14:16 h.

Apenas 24 horas después de que el primer ministro en funciones, José Sócrates, se afanara en proclamar que Portugal había logrado arrancar en Bruselas «un buen acuerdo» para el país, los portugueses se daban de bruces con la cruda realidad. Un pacto que, lejos de resultar tranquilizador, se antoja como una amenaza en toda regla para sus condiciones de vida.

Para acceder a los ansiados 78.000 millones prometidos por la Unión Europea y el FMI, el país, que necesita el dinero como agua de mayo, se enfrenta a dolorosos sacrificios. Se ha comprometido a hacer todo lo necesario para lograr que el déficit público, la bestia negra de la llamada periferia europea, se sitúe por debajo de los 10.068 millones de euros (5,9% del PIB) este año. Para el siguiente, el listón ha quedado establecido en 7.645 millones (4,5%), y para el 2013, la meta no es otra que el 3% que exige el sacrosanto Pacto de Estabilidad y Crecimiento que tanto venera Angela Merkel.

¿Y cómo lo va a conseguir? Con la misma receta de siempre: congelando y recortando pensiones, haciendo lo propio con el sueldo de los funcionarios y con su número, aplicando la tijera a las prestaciones por desempleo (en tiempo y en cuantía), privatizando empresas públicas, elevando casi todos los impuestos y eliminando buena parte de los beneficios fiscales, dando un vuelco al marco laboral y facilitando el despido... Y, cómo no, sacrificando el gasto en dos capítulos tan importantes para el bienestar de los portugueses como la sanidad y la educación.

En definitiva, una menú de difícil digestión y que, además no garantiza el éxito de la ingente tarea que supone sacar al país del atolladero. Y, si no, que se lo digan a griegos e irlandeses

Para ir abriendo boca, y de acuerdo con los cálculos del propio Ministerio de Finanzas luso, Fernando Teixeira dos Santos, las lentejas que le han servido el FMI y la UE a Portugal llevarán a la economía lusa de vuelta al pozo de la recesión. El Gobierno portugués prevé una dura recaída económica en los próximos dos años, para los que espera una contracción del PIB del 2% en cada uno de ellos. Eso sí, aventura que la bajada a los infiernos se acabará en el 2013.

Hay quien lo ha puesto en duda. Y algunas de las voces que lo han hecho llevan nombre de Nobel. Paul Krugman es uno de los críticos más feroces de los rescates financieros que está poniendo en práctica la eurozona. De hecho, en un artículo de opinión publicado este lunes en The New York Times el Nobel de Economía aseguraba categórico que «está claro» que Grecia, Irlanda y Portugal no pueden y no pagarán sus deudas en su totalidad, aunque España podría arreglárselas para aguantar». En su opinión, las medidas de austeridad exigidas a cambio de las inyecciones públicas pueden empeorar el problema porque provocan la ralentización de la economía, reducen los ingresos de las empresas y no se genera empleo.

Krugman no alberga dudas al respecto: «Europa debe prepararse para algún tipo de reestructuración de la deuda, que incluya una combinación de ayuda de las economías más fuertes y quitas aplicadas a los acreedores privados, que tendrán que aceptar menos que el reembolso total».

«Este es un programa exigente en su contenido y aplicación. Y no podemos fallar»

«No significa que se abata una desgracia sobre Portugal. Las crisis generan oportunidades»

F. Teixeira dos Santos