«Italia o Bélgica prácticamente doblan el porcentaje español, por no hablar de EE.UU. o Japón», dice Arias, para señalar el problema real: el enorme endeudamiento privado, factor decisivo también en el origen de la crisis. Aunque el decano del colegio de Economistas de Madrid, Juan Iranzo, prefiere no hacer distinciones entre el lastre que supone la necesidad de financiación del sector privado y de las Administraciones, argumentando que «el problema es global», otros expertos no pierden de vista la sobredimensionada dependencia del crédito que tienen las empresas no financieras. Y es que, según datos del Banco de España, en el segundo trimestre del 2010, su deuda equivalía al 140,41% del PIB, es decir, más del doble de la del sector público y también por encima de la que registraban entonces las familias (86%) y de la del sector financiero (100%).
Hiperdependencia financiera
Así las cosas, en un escenario en el que aún se mantienen las fuertes restricciones crediticias, con un tejido empresarial de hiperdependencia financiera, las expectativas de crecimiento de la economía quedan seriamente limitadas. «Desde el punto de vista de las empresas, no poder acceder a la financiación, sin duda, va a comprometer el crecimiento. Así de claro y de inevitable», apunta Arias. No en vano las previsiones del Banco de España para este año rebajan en medio punto las más optimistas del Ejecutivo dejándolas en el 0,8%.