Lisboa negocia su rescate con sus bonos en máximos históricos

Emilio Rappold LISBOA / DPA

ECONOMÍA

La crisis política marca el primer día de conversaciones con la UE y el FMI

19 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

A Portugal le ha llegado la hora de la verdad. Ayer comenzaron las negociaciones para su rescate en medio de un duro enfrentamiento político, mientras los intereses de la deuda alcanzaban tasas históricas (el 10,587%) y la Bolsa se hundía a su peor nivel del año. Las delegaciones del Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) iniciaron las conversaciones con el Gobierno en funciones para pactar una ayuda de 80.000 millones de euros. Mañana se reunirán con empresarios y sindicatos, y aunque también se espera a la oposición, la disposición a negociar antes de las elecciones del 5 de junio es escasa.

La guerra verbal entre los socialistas del primer ministro José Sócrates y los conservadores del Partido Socialdemócrata (PSD) se parece a un combate en el barro. El líder del PSD, Pedro Passos Coelho, favorito en las encuestas, le niega a Sócrates su apoyo y afirma que el Gobierno tiene «cadáveres [financieros] en el sótano». Sócrates llamó el domingo a su adversario a dejar a un lado sus «ansias de poder» y a «asumir su responsabilidad».

El paquete de ayuda debe estar listo para mediados de mayo, pero Lisboa debe firmar antes una declaración de intenciones a la que Bruselas pueda dar el visto bueno. Y aunque es cierto que muchos portugueses han estado viviendo por encima de sus posibilidades, la mayoría de los expertos dudan de que se les puedan pedir más sacrificios.

Jubilaciones y sanidad

«El Gobierno tiene que decirles que en 10 o 15 años no tendrá dinero para pagar las jubilaciones o la sanidad», asegura el economista Henrique Medina Carreira. Para la mayoría de los portugueses, sin embargo, la situación es ya muy dura. Lo normal es cobrar menos de mil euros al mes, pero en Lisboa es casi imposible encontrar apartamentos de alquiler de una habitación por menos de 800 euros. Los impuestos ya han subido, y también se recortó el gasto social.

El Gobierno ha tenido que desmentir que en los hospitales falten medicamentos, mientras la organización católica de ayuda Cáritas reveló que desde el mes de noviembre el número de familias que le piden ayuda ha subido un 40%. Y en las bolsas la sensación es muy parecida: «Esto es como la cuenta atrás hacia el infierno», dice un inversor.