El diésel está considera mucho más contaminante que la gasolina. La iniciativa tendría que ser aprobada por unanimidad por los socios comunitarios.
13 abr 2011 . Actualizado a las 21:23 h.La Comisión Europea propuso ayer una profunda revisión de los impuestos que se aplican a los combustibles. El Gobierno de la UE presentó una nueva normativa enfocada a aumentar la fiscalidad de los carburantes que emiten más CO2. La iniciativa, que tendría que ser aprobada por unanimidad por los socios comunitarios, implicaría un aumento de ocho céntimos por litro en el gasóleo, considerado mucho más contaminante que la gasolina. Bruselas cree que su plan abriría la puerta a que los países reduzcan los impuestos vinculados a la creación de empleo y los traspasen al consumo.
Aunque la normativa todavía no ha sido debatida por los socios de la UE, algunos países como Alemania ya han expresado su oposición frontal. La Comisión, sin embargo, sostiene que la directiva actual resulta «absurda» porque favorece el uso de los combustibles fósiles frente a las energías renovables. A juicio de Bruselas, el mejor ejemplo de esta situación es el diésel, al que se le aplica un tipo impositivo menor que a la gasolina pese a ser más contaminante.
La normativa europea actual establece un umbral mínimo de tasación para el gasóleo que asciende a 330 euros por cada 1.000 litros. La proporción asciende a 359 en el caso de la gasolina. Con la entrada en vigor de la nueva legislación, el diésel estaría gravado con 412 euros, una cantidad que en España elevaría ocho céntimos el precio final por litro. La gasolina, en cambio, se mantendría en un valor similar porque emite menos CO2.
La propuesta de la Comisión, que empezará a ser debatida por los países miembros a partir de ahora, contempla una progresiva implantación de los nuevos impuestos para que tanto consumidores como empresas puedan ir adaptándose. Si se cumplieran los plazos de Bruselas, la subida en el diésel debería aplicarse íntegramente en 2018. La directiva también afectaría al gasóleo utilizado para la calefacción, pero el Gobierno comunitario ha introducido una cláusula «social» que permitiría a los socios eximir a los hogares de este aumento.