Cae al número 42 del ránking mundial al perder nueve puestos en un año
03 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.España tiene que ponerse las pilas y reformular la mayoría de los pilares de su estructura institucional, social y económica si no quiere que la globalización acabe relegándola al grupo las las economías menos competitivas del mundo desarrollado. En pleno debate sobre la propuesta alemana de ligar los salarios a la productividad, y no a la inflación, los datos demuestran que el tejido productivo español y el entramado sociopolítico que lo rodea están muy lejos del nivel de sus competidores más directos.
Según el último informe del Foro Económico Mundial, en apenas seis años España ha caído más de veinte puestos en el ránking mundial de competitividad, definida como «el conjunto de instituciones, políticas, y factores que determinan el nivel de productividad de un país», o, en otras palabras, su capacidad para alcanzar un crecimiento sostenible y garantizar a sus ciudadanos prosperidad y bienestar a largo plazo.
En ese listado España ocupa el puesto 42 (el 18 dentro de la UE), por detrás de todas las grandes economías mundiales y europeas de su tamaño, y también de países a los que siempre había superado, como Túnez, Polonia, Chipre o Estonia.
El Foro Económico Mundial es una organización independiente amparada por la ONU y conocida por la reunión anual que cada año convoca en Davos (Suiza), a la que acuden todos los líderes políticos, empresariales e intelectuales del mundo. También con carácter anual, el Foro elabora un amplio estudio sobre más de cien países (139 en la edición 2010-2011, que acaba de presentar), y en el que evalúa más de cien variables de todo tipo, que se puntúan en una escala del 1 al 7: desde la flexibilidad del mercado laboral a la fiabilidad del sistema financiero, pasando por la calidad de las infraestructuras, el sistema educativo, la calificación de la deuda soberana, la capacitación de la mano de obra, la productividad de las empresas, su grado de internacionalización, la rigidez del sistema fiscal o las facilidades para emprender una actividad.
Foro de Davos
En el informe 2005-2006, España obtuvo una calificación de 5 puntos, que le permitió aparecer en el puesto 23. La nota del informe 2010-2011 es de 4,49 sobre siete, es decir, medio punto menos que hace apenas seis años. Solo en el último ejercicio, España ha caído nueve puestos (en informe 2009-2010 aparecía en el número 33).
Entre sus grandes deficiencias, según el Foro, figuran las relacionadas con la innovación, la rigidez del mercado laboral, las trabas burocráticas a la actividad empresarial, y el sistema impositivo. Entre las fortalezas están el sistema sanitario, la calidad de las infraestructuras (carreteras, puertos y aeropuertos), el tamaño del mercado y la educación.