Bruselas estima el rescate de Portugal en 75.000 millones de euros

Iñaki Castro / Colpisa

ECONOMÍA

Esta cifra supondría el rescate más bajo de los que se han realizado hasta ahora. Lisboa rechaza la ayuda externa pese al aumento de la presión de los mercados tras la dimisión de Sócrates.

24 mar 2011 . Actualizado a las 23:18 h.

La crisis portuguesa dominó desde el primer momento la cumbre en Bruselas. La dimisión de José Sócrates, que acudió a la capital comunitaria en calidad de primer ministro en funciones, devolvió la incertidumbre a una UE que se reunía para intentar demostrar a los mercados su fortaleza. Pese a que tanto el líder socialista luso como la oposición rechazan la petición de un plan de rescate, los socios europeos ya empiezan a hacer números. Según el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, el montante requerido sería de 75.000 millones de euros.

La cantidad, si finalmente se confirma, supondría el rescate más bajo de los que se han llevado a cabo hasta la fecha. En el caso de Grecia, la UE y el FMI aprobaron un préstamo de 110.000 millones, mientras que para Irlanda se necesitaron 85.000. Los analistas recordaban que todos los planes de auxilio son distintos e incluyen partidas de distinto origen. Parte del dinero asignado a Dublín, por ejemplo, procedía de créditos bilaterales de países como Reino Unido, Suecia y Dinamarca.

Al margen de conocer la cantidad necesaria para el posible rescate portugués, la otra duda estriba en saber cuándo podría solicitarlo el Gobierno. El factor principal que puede determinar el plazo es la presión de los mercados, que ayer volvieron a ser implacables con los bonos lusos. El título a diez años roza ya el 8% de intereses, más del doble si se compara con la referencia del 'bund' alemán. Los especialistas estiman que pagar más de un 7% ya es insostenible para las finanzas públicas. Por si fuera poco, Fitch rebajó la calificación al país de 'A+' a 'A-'. La deuda de España, pese al miedo al contagio, aguantó la jornada sin sobresaltos.

Reunión con Merkel

Sócrates se encargó de explicar personalmente a los socios comunitarios la situación de su país. A su llegada a la cita en Bruselas, el líder socialista rechazó realizar ningún comentario sobre la «situación interna» del país. «La única cuestión que me preocupa es defender a Portugal y a la moneda única», remarcó.

Antes de unirse al resto de presidentes, Sócrates mantuvo una reunión con Angela Merkel. La canciller pidió a todos los partidos lusos que se comprometan con el «ambicioso» programa de ahorro que provocó la caída del primer ministro.

Pese al llamamiento de Merkel, la clase política portuguesa tiene que aclarar primero si finalmente se van a celebrar elecciones anticipadas. El presidente portugués ha citado a los partidos para dilucidar una posibilidad que reclaman tanto Gobierno como oposición. Según la Constitución lusa, los comicios no podrían celebrarse al menos hasta dentro de 55 días, lo que dejaría probablemente en manos del Parlamento la petición del rescate.

Tanto el Ejecutivo como el líder de la oposición confiaron ayer en no tener que recurrir a la ayuda externa.