«La situación es trágica; cada semana que pasa nos matan un poco»

La Voz

ECONOMÍA

20 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Como otras muchas empresas del país, Formoso Estructuras, una de las firmas señeras de As Pontes, en la comarca ferrolana, atraviesa por dificultades, pero no generadas por la ausencia de carga de trabajo, sino por las restricciones financieras. La sociedad, especializada en el montaje de estructuras, funciona desde hace cuatro décadas, pero está viendo peligrar su viabilidad no por falta de trabajo sino por la ausencia de liquidez. Después de pasar por una época sin pedidos, lo que le llevó a aplicar un expediente de regulación de empleo a la práctica totalidad de la plantilla, Formoso Estructuras consiguió hacerse con dos importantes encargos que a priori despejaron el futuro a corto plazo de la empresa.

Así, está llevando a cabo las obras de construcción de la planta de gas promovida por Enagás en El Musel y las de ejecución de una nueva fábrica propiedad del grupo italiano Ponti, además de otras actuaciones en Galicia. Pero pese a contar con ocupación con la que la firma logró suspender antes de tiempo la aplicación del ERE para la mayoría de su plantilla, Formoso tiene la espada de Damocles sobre la cabeza. Aunque tiene aprobado un crédito avalado por el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), la entidad financiera continúa bloqueando la firma del préstamo.

«Hay trabajo y somos viables pero esta situación es trágica. Cada semana que pasa nos matan un poco», asegura Juan Cardeña, el gerente de la firma. Su plantilla, con la que aún mantienen pagos pendientes, incluso llegó a secundar paros parciales.

La empresa achaca al proceso de fusión de las cajas gallegas el bloqueo de su préstamo, autorizado desde el 3 de febrero, y lamenta el deterioro de su imagen entre los clientes.

Javier: «Aguantamos sin despidos por las reservas en tesorería»

Guardar en los años de abundancia para sobrevivir en los de sequía. La máxima la pone en práctica Javier Regueira Serrano (39 años) en la empresa Lambda, dedicada a servicios de calidad y tecnología. Ayudan a empresas del sector TIC a mejorar en sus servicios e infraestructuras. Están pasando por una situación difícil. «Tuvimos muy buenos resultados en el año 2008, lo que nos permitió aguantar los dos años siguientes. Aplicamos una política de reinversión de los beneficios para mantener los puestos de trabajo, lo que nos permite suplir pérdidas sin llegar a los despidos», argumenta. Javier mantiene una línea de crédito, que ha tenido que avalar personalmente, junto con otro socio. Lambda cuenta con 4 empleados. Se resiste a los despidos. «Estamos sufriendo demoras en los pagos de algunos clientes, aunque vamos aguantando por las reservas en tesorería».